Las biopsias multiorgánicas de los muertos por covid desvelan que se expande a una velocidad de vértigo
Investigadores de La Clínica de la Universidad de Navarra dan con claves de por qué mata el virus
Nueve de cada diez fallecidos tiene coronavirus en el pulmón, corazón, riñón e hígado
El virus no descansa: la replicación viral persiste durante el estado hiperinflamatario
El nuevo coronavirus es un asesino con una palanca, que irrumpe y entra impunemente en las células humanas. Hace autostop a través de los continentes cargada de toses y manos descuidadas, impulsada por su propia necesidad urgente de sobrevivir. Y se expande por nuestra cuerpo como el mismísimo diablo, como reconoce el WSJ en uno de sus análisis sobre la propagación del virus. Ahora, un estudio de la Clínica Universidad de Navarra ha encontrado evidencias para mantener el tratamiento antiviral durante todo el proceso de la enfermedad del paciente grave con COVID19 positivo. Porque sí, el coronavirus es como un diablo a la hora de extenderse por el cuerpo provocando efectos que seguimos descubriendo día a día.
La clave del descubrimiento ha sido posible gracias a los familiares de muertos por el coronavirus que ha accedido a que se hicieran biopsias multiorgánicas post mortem para poder estudiar qué estaba ocurriendo". Lola Lozano, directora del Servicio de Anatomía Patológica de la Clínica Universidad de Navarra explica que esa necesidad surgió porque en muchas ocasiones no se sabía realmente por qué morían los pacientes.
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"Lo que hemos encontrado es que los pacientes enferman principalmente por la progresión de la enfermedad pulmonar, pero algo muy interesante es que hemos encontrado virus viable en biopsias de otros órganos. Esto quiere decir que el virus se disemina rápidamente al resto de órganos, aunque no manifiesten lesión morfológica", añade la especialista. En nueve de los diez pacientes estudiados, los investigadores han encontrado un nivel significativamente alto de ARN del SARS CoV-2 en órganos como el pulmón, corazón, riñón e hígado.
En él, según informa en un comunicado, se demuestra la presencia de virus viable (ARN del SARS CoV-2) en pacientes fallecidos por COVID-19, pese a encontrarse en la fase tardía de la enfermedad, en la que el daño depende de la propia respuesta inmune del individuo. Estos resultados histopatológicos se han obtenido de una fase preliminar sobre 10 pacientes fallecidos por el virus y han sido publicados en la revista Thorax, perteneciente al grupo The British Medical Journal.
Al respecto, Manuel Landecho, del departamento de Medicina Interna de la Clínica, señala que una de las cosas que se pensaba al principio es que esta enfermedad tiene "una primera fase de replicación viral y una segunda de estado hiperinflamatorio, y parecía que eran secuenciales". Sin embargo, -añade- "nosotros hemos visto que, en los pacientes fallecidos, la replicación viral persiste durante el estado hiperinflamatario y, por tanto, se pueden dar al mismo tiempo".
Este descubrimiento tiene implicaciones desde el punto de vista del tratamiento, ya que “es posible que haya que dar tratamiento antiviral incluso en las fases tardías de la enfermedad”, subraya.
El equipo multidisciplinar de la Clínica, formado por especialistas de Anatomía Patológica, Medicina Interna, Neumología, Enfermedades Infecciosas y Anestesia, ha sido el primer grupo español con resultados patológicos sobre la COVID-19. En él, se han llevado a cabo estudios clínicos y patológicos para poder “entender mejor al paciente en aislado y a la enfermedad en general”.
“Se ha tomado una muestra de pulmón, corazón, hígado y riñón, además de intestino en uno de ellos, para poder ir estudiándolos conforme se veía evidencia de que se afectaban por el coronavirus”, detalla Borja Recalde, especialista de Neumología. Una vez en el laboratorio, además de los estudios patológicos, se realizaba una detección PCR a todas las muestras obtenidas para detectar la presencia del virus.
“Este estudio ayuda a entender qué le está pasando al paciente y la propia enfermedad para, así, poder manejarla mejor y seguir investigando para ofrecerle el mejor tratamiento posible”, concluye Lozano. El equipo médico agradece a los pacientes y familiares y muestran su profundo respeto, ya que “aunque nada elimina el dolor por la pérdida de un ser querido, esperamos que saber de la importancia de su contribución ayude a mitigar la tristeza.