Los bebés de las UCIs neonatales están expuestos a sustancias químicas perjudiciales, según un estudio
Lo ha descubierto un equipo multidisciplinar de científicos granadinos
La investigación ha sido publicada por la revista Environmental Health Perspectives
Las sustancias químicas estarían en los plásticos usados
Un equipo multidisciplinar de científicos granadinos ha advertido por primera vez de la presencia de Bisfenol-A (BPA) y Parabenos (PBs) en una amplia gama de dispositivos médicos plásticos, textiles y productos de cuidado personal (incluyendo pomadas), y suplementos nutricionales que se utilizan habitualmente en las Unidades de Cuidados Intensivos Neonatales (UCIN) de los hospitales y que entran en contacto íntimo con los recién nacidos.
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Los parabenos son productos químicos que se añaden como conservantes. Son los conservantes farmacéuticos más usados en todo el mundo debido a su bajísimo precio, por su actividad bactericida y fungicida con el producto. De hecho, los parabenos están aprobados por las autoridades sanitarias, considerados sustancias de baja toxicidad y seguras para la salud, puesto que el organismo los absorbe y metaboliza para ser eliminados sin rastros tóxicos. Eso sí, cundió la alerta cunado oncólogos en la University of Reading llevaron a cabo estudios con tejidos cancerígenos y en el 90% de las muestras que venían de biopsias de mujeres con cáncer de mama, había rastros de parabenos.
El BPA significa bisfenol A. BPA es un producto químico industrial que se ha utilizado para fabricar ciertos plásticos y resinas desde la década de 1960. Su presencia en los productos que utilizamos a diario es tan común que un estudio del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) refrendó que más del 90% de los estadounidenses tienen trazas en su organismo de esta sustancia.
Pueden provocar enfermedades
En un artículo que publica hoy la revista Environmental Health Perspectives (la más prestigiosa del mundo en el ámbito de salud y medioambiente), los investigadores han analizado más de 50 ítems que entran en íntimo contacto con bebés recién nacidos de muy bajo peso en el día a día de su estancia hospitalaria, y advierten de que los bebés están expuestos de forma inadvertida a BPA y PBs, a través de múltiples vías de exposición, tanto dérmica, digestiva, respiratoria, como intravenosa o parenteral. La exposición a estos compuestos disruptores endocrinos se ha relacionado con disfunciones que conducen a diferentes enfermedades, tanto en el niño como en los adultos.
Jeringas, tubos de plástico, sondas, máscaras respiratorias...
Entre los ítems analizados se encuentran jeringas y tubos de plástico para la administración intravenosa de líquidos o para nutrición parenteral; sondas de plástico para alimentación nasogástrica y enteral; máscaras respiratorias y tubos endotraqueales y un variado espectro de circuitos de derivación cardiopulmonar, apósitos, vendajes y electrodos. También analizaron otros productos específicos para bebés, como productos de cuidado personal, algunos textiles, cambia-pañales y protectores para colchones.
El 60% contenía BPA y el 80% PBs
El trabajo ha determinado que el 60% de los objetos o productos seleccionados resultaron contener BPA, mientras que los PBs estaban presentes en el 80% de los ítems. El mayor contenido de BPA se encontró en la llave de tres vías (>7.000ng/g), seguido del apósito de película transparente estampado (esparadrapo), el tubo de alimentación gastro-duodenal, los guantes estériles para uso de los profesionales, el catéter umbilical y el conjunto de extensión de perfusión intravenosa (concentraciones de BPA de entre 100 y 700ng/g).
Los investigadores observaron también unas concentraciones elevadas de PBs, superiores a 100ng/g en varios elementos, como las gafas de protección de la fototerapia para el bebé, el apósito de película transparente estampado (esparadrapo), el catéter intravenoso, y el juego de extensión de perfusión intravenosa.
Cuando analizaron la actividad hormonal de los extractos de los materiales seleccionados, en ensayos de estrogenicidad y anti-androgenicidad, los que más actividad hormonal mostraron fueron el chupete, la llave de tres vías y el apósito de película transparente estampado.
Análisis de la UCIN de hospitales granadinos
Este trabajo ha sido llevado a cabo por un grupo multidisciplinar de investigadores clínicos, pertenecientes a los Hospitales Universitarios Virgen de las Nieves (cuya UCIN y población de recién nacidos fueron analizados) y Clínico San Cecilio de Granada, e investigadores de la Universidad de Granada (UGR), del Centro de Investigación Biomédica (CIBM) y del Instituto de Investigación Biosanitaria ibs.GRANADA. La investigación ha sido financiada por el Instituto de Salud Carlos III y la Unión Europea.
Como explica el autor principal de este trabajo, el catedrático de Radiología y Medicina Física de la UGR y médico en el Hospital Clínico San Cecilio Nicolás Olea, los recién nacidos con bajo peso al nacer requieren un entorno de cuidados complejos en una UCIN, que trata de simular las condiciones uterinas hasta el correcto desarrollo de la piel inmadura y del funcionamiento de los sistemas gastrointestinal, inmune, nervioso y respiratorio.
En este medio hospitalario los recién nacidos se someten a múltiples técnicas y procedimientos que incluyen instrumentos y dispositivos médicos que entran en contacto íntimo con su cuerpo, muchos de los cuales están hechos del plástico policarbonato, de resinas epoxi o de PVC, en los que sustancias como el BPA forma parte de su estructura o ha sido añadido para mejorar las características del producto.
“Además, los parabenos se incluyen como componentes de algunos plásticos como conservantes y antimicrobianos. Se utilizan también en cosméticos, así como en otros artículos de consumo. Tanto BPA como PBs puede desprenderse durante el empleo de estos materiales, ya sea por desgaste del polímero plástico o por el sometimiento a condiciones de pH y temperatura favorables para su liberación”, advierte el catedrático de la UGR.
Hasta la fecha, sólo dos estudios habían abordado la exposición de neonatos en UCIN a estos compuestos químicos, y en ambos estudios se mostró un aumento en las concentraciones de BPA en la orina de los niños, relacionada con una mayor frecuencia e intensidad en la utilización de estos dispositivos médicos; alcanzándose valores de hasta 30 veces superiores respecto a los encontrados en la población general.
También se han descrito niveles más altos de PBs en los recién nacidos hospitalizados en relación con un mayor uso de medicamentos, aunque no se han identificado cuales eran otras posibles fuentes de exposición como ha ocurrido en el artículo que ahora se publica.
Los autores señalan que es urgente implementar medidas preventivas de la exposición a estos compuestos, disruptores endocrinos, BPA y PBs, que incluyan tanto cambios de protocolos clínicos como uso de materiales libres de disruptores endocrinos.
No en vano, los autores de esta investigación están desarrollando en la actualidad nuevos protocolos de trabajo y nuevos procedimientos que pretenden disminuir la exposición de los niños a estos y otros factores medioambientales en los que se desenvuelven las primeras semanas de vida de los recién nacidos durante la estancia en el hospital, que pudieran interferir con su normal desarrollo.