Bandera ámbar en las playas de Vizcaya para alertar que quedan pocas plazas libres
Los arenales abrirán con las fuentes, duchas y lavapiés precintados
Hondartzainas (jóvenes que colaboran en el control de los arenales) y socorristas medirán el nivel de ocupación de las playas de Vizcaya mediante un sistema de semáforos para regular el aforo, y se informará de la situación a la ciudadanía a través de megafonía, de la web de playas y de la aplicación BizkaiUp. La recomendación es no permanecer más de tres horas, de manera que pueda haber una rotación, y cuando el arenal alcance un nivel alto de ocupación, se colocará una bandera ámbar.
La Diputación Foral de Vizcaya y los ayuntamientos con playa de este territorio han acordado este martes un marco general para el uso y la regulación de los arenales durante la temporada de este año, que arrancará definitivamente el 15 de junio.
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Este marco general incluirá, después las adaptaciones necesarias para atender las características particulares de cada una de las playas, un trabajo que desarrollará el personal técnico municipal con la colaboración de las personas responsables del programa de playas en la Institución foral.
Así, a partir del próximo 15 de junio, se mantendrá el horario habitual de apertura de las playas (de 11.00 a 20.00 horas), durante el cual no se permitirá la práctica de deporte, incluidas palas y voleibol, en los arenales para garantizar que se mantiene la distancia de seguridad marcada en cada momento por las autoridades sanitarias.
Serán estas autoridades las que determinen también el número de personas que pueden acceder en grupo a las playas, grupos que también deberán respetar las recomendaciones en cuanto a la distancia social establecida a lo largo de la temporada en cada momento.
El marco general de uso acordado hoy también establece la recomendación de que quienes acudan a la playa permanezcan en ella no más allá de tres horas, de manera que pueda haber una rotación que permita disfrutar de estos espacios al mayor número de personas posible.
También se recomienda no portar sombrillas, sillas, y colchonetas, salvo que sea estrictamente necesario, de manera que se ocupe menos espacio y pueda facilitarse la estancia a otros usuarios.
Duchas, fuentes y lavapiés, precintados
En la primera parte de la temporada, las dos primeras semanas, las duchas, fuentes y lavapiés permanecerán precintados. Pasada esa fecha, se determinará si se permite su uso, siempre atendiendo a las recomendaciones que establezcan las autoridades sanitarias acerca, por ejemplo, de la distancia a mantener entre las personas que las utilicen.
La regulación de la afluencia a las playas se realizará utilizando un sistema en el que la medición de la ocupación la realizarán hondartzainas y socorristas, que determinarán tres niveles de ocupación que se corresponden con los colores de un semáforo: verde, ámbar y rojo. En el nivel verde, la ocupación es la óptima, en el ámbar, la playa empieza a estar bastante llena, y en el rojo está a su nivel máximo.
Esta información se va a dar a conocer a la ciudadanía a través de tres canales principales: en la propia playa, mediante la megafonía; desde la página web de playas de la Diputación Foral de Vizcaya (en la que se marcará con una imagen de un muñeco verde, dos muñecos ámbar y tres muñecos rojos en cada caso y en cada uno de los arenales); y a través de la aplicación BizkaiUp, que la Diputación ha puesto en marcha para informar de todas las medidas frente al COVID-19 y que puede descargarse en cualquier dispositivo móvil.
En ese sentido, tanto la Diputación como los ayuntamientos de los municipios con playa hacen un llamamiento a la ciudadanía para que antes de acudir a la playa consulten estas herramientas digitales para comprobar que su nivel de ocupación es el óptimo para ello.
Además, durante esta temporada se va a instaurar una nueva bandera, la ámbar, en los arenales, para que quienes están en ellos conozcan que se está comenzando a llenar el aforo y puedan ir abandonándolos ordenadamente.
Hondartzainas y socorristas estarán en contacto permanente con los ayuntamientos para determinar las medidas a adoptar en los momentos en los que se alcance el aforo máximo en las playas, situaciones en las que actuarán las Policías Locales y la Ertzaintza, como cuerpos encargados de hacer cumplir la normativa.