El aumento de las horas de luz, la subida de temperaturas y la llegada de los esperados anticiclones (este año se han hecho de rogar) nos estimulan para salir de la cueva invernal, socializar más y pasar más tiempo en el exterior compartiendo actividades con amigos y familia. Mientras que la mayoría experimenta y disfruta del sabio dicho ‘la primavera, la sangre altera’, una quinta parte de la población (en el caso de España) vive justo lo contrario, su libido está por los suelos.
“Al producirse el cambio estacional, y con él un aumento de la temperatura y de las horas de luz, se origina una alteración en la regulación hipotalámica que contribuye al descenso de algunas hormonas y neurotransmisores, lo que puede producir una sensación de decaimiento físico e intelectual. Parece que son las mujeres quienes más sufrirían este cansancio”, afirma Natalia Urteaga, sexóloga, bioquímica y miembro de la Asociación Estatal de Profesionales de la Sexología.
Para Francisca Molero, presidenta de la Asociación de Federaciones de Sexología (FESS) y directora del Institut de Sexología de Barcelona, esta disminución del apetito sexual es totalmente normal en aquellos con predisposición a padecer algunos trastornos típicos del entretiempo, pero en la misma medida que limita sus actividades habituales. “Muchos sufren una bajada de vitalidad, pero en todas sus actividades habituales. Si eso ocurre en todo lo que se afronta diariamente es lógico que repercuta también en la actividad sexual. Muchas veces se tienen ganas, pero no te acompaña el cuerpo”, señala.
Estos meses son especialmente complicados para los alérgicos, que necesitan medicarse para paliar los efectos de la hipersensibilidad a los alérgenos. “Efectivamente, este tipo de medicamentos, concretamente los antihistamínicos de generaciones previas, tienen efectos en el apetitito sexual, no solamente en el caso de las mujeres, también en los hombres. Hay estudios de personas asmáticas en los que es la tercera limitación más importante en sus vidas. La primera es subir escaleras y la segunda hacer las tareas del hogar”, afirma Ernesto González Mesa, especialista en Ginecología y Obstetricia y presidente-coordinador de la sección de Ginecología Psicosomática de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia.
Dieta variada y buena hidratación
Para contrarrestar la bajada de apetito sexual, los especialistas aconsejan una vida sana, poniendo especial atención en la alimentación. La doctora Urteaga aconseja a sus pacientes una dieta equilibrada y variada, con una mayor ingesta de verduras, frutas, hortalizas, combinadas con hidratos de carbono y proteínas, además de una óptima hidratación (dos litros de agua al día).
Descanso reparador
Dormir bien, al menos ocho horas al día, debe ser una máxima para todo el año, pero más para los que padecen de astenia primaveral, debido a que el cansancio y la fatiga suelen ser una constante los días más adversos. Un sueño reparador nos ayudará a afrontar la jornada con un talante más optimista.
Actividad física diaria
El deporte es otra de las claves para activar nuestro organismo. Aquellos que no padecen alergias respiratorias pueden practicar actividades físicas al aire libre, al menos durante 30 minutos diarios, mientras que a los alérgicos se les aconseja realizarlo en gimnasios o en su propia casa.
El Sol y la vitamina D
La vitamina D es clave en la absorción del calcio y el magnesio para fortalecer nuestros huesos y músculos, por ese motivo es importante disfrutar del Sol unos 10 minutos diarios, siempre con cremas de protección solar y gafas con filtros ultravioletas.
El sexo es un regalo que nos hacemos
“Pensar en el sexo de manera positiva porque es un regalo que nos hacemos a nosotros mismos. (…) Muchas veces lo que nos lo impide mantener una actividad sexual regular es la pereza o dejarlo en el último lugar. Nos olvidamos del concepto de disfrute de nosotros mismos”, concluye la doctora Molero.