Desde la declaración del estado de alarma por coronavirus e incluso durante los días previos, los supermercados se han visto colapsados y, en ocasiones, con los estantes vacíos. Fruto del pánico creado en la sociedad ante la posibilidad de no encontrar ciertos productos, las esperas para acceder y las compras masivas han aumentado como nunca antes, agotando estos productos en instantes día a día. Pasó con el papel higiénico, más tarde con la harina y la levadura, y en los últimos días con el bicarbonato.
Aunque la recomendación es no comprar más de lo necesario y a pesar de que se emitieron varios comunicados en los que se aseguraba el abastecimiento en todo el territorio español, hay quienes ya acumulan alimentos de más en sus despensas. Por ello, os traemos una breve guía sobre cómo conservarlos durante el confinamiento para evitar que se estropeen y no desperdiciarlos.
Lo primero que deberíamos tener en cuenta es tener claro qué vamos a comprar cuando nos disponemos a acercarnos al supermercado. Planear las compras es fundamental tanto para no comprar en exceso, como para no olvidar aquello que necesitamos y tener que hacer una nueva salida. Ser previsores con qué productos adquiriremos y, sobre todo, con las cantidades que compraremos de cada alimento, nos salvará de posibles arrepentimientos más tarde.
Lo recomendado es hacer la compra para varios días. Hace más de un mes que quedó atrás aquello de comprar a diario. Por ello, apostar por alimentos que tengan larga vida útil será un buena decisión. Dentro de este grupo nos encontramos, principalmente, con pasta, arroz, harina, legumbres, ultracongelados o conservas. También podemos añadir hortalizas y frutas poco perecederas, como pueden ser las cebollas, las patatas, las naranjas o las manzanas. Sin olvidarnos tampoco de aceite, vinagre, sal y azúcar. En el caso del resto de alimentos, más perecederos, será importante que no olvidemos mirar su fecha de caducidad antes de consumirlos.
Una vez adquirimos todo lo que deseamos, deberemos almacenarlo en lugares adecuados que favorezcan su mantenimiento. Cada alimento requiere de unos cuidados. La falta de espacio por compras masivas puede provocar que no todos ellos se almacenen de forma correcta pudiendo estropearse. Por ello, siempre deberemos guardar los congelados en el congelador, los productos frescos en el frigorífico y aquellos que son secos, como pueden ser las legumbres, en lugares frescos, alejados de la luz del sol y del motor del frigorífico, ya que les proporcionaría un calor para nada recomendable.
Continuando con las pautas de almacenamiento, colocaremos más a mano aquellos productos cuya fecha de caducidad esté más próxima, comparando tanto los que ya teníamos en casa, como los que acabamos de traer del súper.
Por último, ya hemos mencionado más arriba al electrodoméstico que será fiel amigo durante la cuarentena. El congelador podrá salvar y mantener en perfectas condiciones numerosos alimentos durante meses: carnes, pescados... Eso sí, habrá que ser cautos, llevar a cabo buenas técnicas de congelación y dejar siempre claro al empaquetar de qué producto se trata y en qué fecha se introdujo.