Ante la decisión de las autoridades sanitarias británicas de desaconsejar la inmunización mediante la vacuna de Pfizer contra el coronavirus a pacientes que tengan un historial de reacciones alérgicas significativas, la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) se ha pronunciado al respecto señalando que no se puede generalizar con la no administración de la vacuna.
La sociedad científica señala que "las reacciones alérgicas que puedan desprenderse de la vacuna dependerán de la composición de la misma”, es decir, de cuáles son los excipientes que la conforman y de qué forma se genera la parte activa de la vacuna.
Además, indican que la vacuna de Pfizer contiene polietilenglicol o PGE, un excipiente de muchos fármacos que puede producir reacciones alérgicas y no contiene, sin embargo, trazas de huevo ni antibióticos.
"La vacuna de covid-19 de Pfizer tiene, en principio, las mismas contraindicaciones en los alérgicos que cualquier otra", explica el presidente de la SEAIC, Antonio Valero. "Es decir, no se recomienda en personas que han sufrido reacciones alérgicas previas a sus componentes", matiza.
"Es necesario realizar un estudio alergológico de los sujetos que refieran reacciones alérgicas a las vacunas contra el covid-19 para poder identificar la sustancia desencadenante de la reacción", afirma Valero.
Mientras que, por otro lado, ve contraproducente "hacer de forma sistemática un estudio alergológico previo a la administración de la vacuna a todos los sujetos con reacciones graves a fármacos y/o alimentos".
En general, las reacciones alérgicas son poco frecuentes, pero las descritas con más frecuencia tras la administración de la vacuna del covid (alrededor de 1 de cada 10 personas que la reciben) son leves y consisten en dolor en el punto de inyección, cansancio, fiebre y dolores musculares, señalan desde SEAIC.
Las autoridades británicas han atribuido en un primer momento la causa de las reacciones alérgicas a un excipiente de la vacuna, el polietilenglicol.
El polietilenglicol o macrogol es una sustancia presente en algunos medicamentos, como laxantes, antibióticos, analgésicos, antiagregantes, corticoides y antihipertensivos. También está presente en productos de la vida diaria formando parte de la cosmética, como gel, jabones, etc.
Las reacciones a esta sustancia, sin embargo, son extremadamente infrecuentes. Están descritas reacciones anafilácticas al macrogol, y reactividad cruzada a Tween80/ polisorbato 80, pero dentro de lo poco frecuente que es la presentación de alergia a esta sustancia, sí que se ha descrito algunos cuadros de dermatitis de contacto que afortunadamente no entrañan reacciones graves, detalla la Sociedad en un comunicado.
En general, no se aconseja administrar vacunas en personas con inmunosupresión, u otras alteraciones de la inmunidad, ya que pueden producir una respuesta inadecuada en dichos sujetos o en pacientes con tratamiento anticoagulante o cualquier otro desorden sanguíneo que contraindique la administración intramuscular de un fármaco.
Además, aquellas personas que tengan una enfermedad moderada o grave descompensada, como pudiera ser crisis de asma, GE (gastroenteritis eosinofílica), descompensación de la diabetes o aquellos pacientes con edad menor de la que figure en ficha técnica. La edad recomendada de administración, en el caso de la vacuna del coronavirus, es a partir de los 16 años.
Sin embargo, hay que resaltar que presentar una alergia a penicilina, a analgésicos o a pólenes o alimentos vegetales o seguir un tratamiento con corticoides tópicos o inhalados por ejemplo, no tiene por qué contraindicar la administración de una vacuna.