Los síntomas son una mezcla de picor en la nariz y en los ojos y estornudos, junto con una comezón causada por una mata de ortigas.
Poco se sabe de esta enfermedad rara que afecta a la piel, y que, según los cálculos, solo sufren 32 personas en el mundo. Lo que sí se ha averiguado es que afecta más a mujeres que a hombres, y aparece durante la pubertad (como le ocurrió a Alexandra) o pocos años después. Además, según los estudios, se vuelve más fuerte en otoño-invierno y mejora en primavera-verano.
Alexandra Allen, una estudiante de 21 años procedente de Utah (EEUU), cuenta en una entrevista al New York Times los calvarios diarios por los que pasa, sobre todo en los días de lluvia. Una vez "quedó atrapada en medio de una tormenta muy fuerte", y tuvo que volver a casa desde el colegio porque acabó "cubierta de ronchones".
Si la cuestión solo fuera evitar salir los días de lluvia, bastaría con mudarse a un lugar donde apenas llueva. Sin embargo, tampoco puede viajar a ambientes cálidos, porque su alergia incluye la humedad en general. "Hace poco estuve en Camboya y la humedad era tan intensa que me volví también alérgica al aire", relata.
Allen ya lleva seis años luchando con su enfermedad, que apareció de forma totalmente casual a los 12: "Me bañé en una piscina y, en la noche, me desperté llena de ronchones". En un primer momento, creyó que había sido una reacción alérgica a los químicos de la piscina. Se equivocaba.
Queda mucho por descubrir sobre esta extraña reacción. Las investigaciones que se han hecho hasta ahora coinciden en que se produce cuando el agua, de cualquier tipo y a cualquier temperatura, interactúa con alguna sustancia presente en la epidermis, la capa externa de la piel, y se activa una respuesta del sistema inmunológico. Sin embargo, aún se desconocen las causas que determinan el desarrollo de la enfermedad. En algunos casos podría jugar la herencia genética, pero no es el caso de la mayoría.
La urticaria acuagénica que acompaña a las pocas personas que sufren no tiene cura conocida, por lo que, al final, los pacientes terminan llevándola con resignación. Jorge Romaní De Gabriel, especialista en Dermatología, explica en el portal Mapfre que "no existe un tratamiento eficaz, pero diversos medicamentos pueden mitigar la reacción, como antihistamínicos, corticoides, estanazolol o omalizumab”. Aconseja además, "que los pacientes susceptibles de sufrir crisis graves lleven siempre un inyectable de adrenalina junto con instrucciones para administrársela en el caso de sufrir un episodio y no tener cerca un servicio de urgencias".