Hay gente que piensa que andar es muy aburrido. Da igual que les digas que es una de las prácticas de bajo impacto más saludables que pueden realizar y una actividad que puede cubrir muchas otras carencias deportivas. No le encuentran el punto a una buena caminata, quizás porque son incapaces de conseguir que eso se convierta en una actividad divertida y estimulante. Quizás deberían probar con el 'Colour Walk' o paseo de color, una tendencia que está ganando gran popularidad en EEUU y que transforma algo tan cotidiano como caminar en una experiencia lúdica y creativa.

La mecánica del 'Colour Walk' es muy sencilla y no requiere experiencia previa ni un equipo especial. Eliges un color al principio de tu paseo, ya sea amarillo, azul o incluso algo más inusual como púrpura, para que sea el que te guíe en el camino. Se trata de buscarlo en cada detalle, objeto o rincón del entorno. Puede estar en el abrigo de un niño, en un coche, en un escaparate o bajo un árbol.

Es útil llevar una cámara o teléfono para capturar los detalles encontrados. Además, si un solo color resulta limitante, se puede ampliar el enfoque explorando combinaciones, patrones o texturas que despierten el interés. Así, un simple paseo es también una forma de reconectar con el entorno y redescubrir espacios cotidianos desde una nueva perspectiva. Además, ayuda a concentrarse en el presente alejándose de otras distracciones o preocupaciones.

Esta práctica está muy de moda en TikTok e Instagram, donde usuarios documentan sus paseos y buscan inspirar a otros a intentarlo, pero su origen hay que buscarlo en la década de los 60, cuando el escritor británico William Burroughs ('El almuerzo desnudo') la usaba como una forma de explorar y experimentar la ciudad de manera diferente.

Al elegir un color y perseguirlo durante sus paseos, buscaba romper con la rutina y descubrir aspectos del entorno urbano que de otra forma le habrían pasado desapercibidos. La idea después se hizo bastante popular en Nueva York, donde artistas, fotógrafos y amantes de la creatividad comenzaron a compartir sus experiencias.

Los paseos de colores combinan la actividad física con la atención plena, lo que permite combinar las ventajas de ambas, convirtiéndose en una práctica muy recomendable para personas mayores de 50 años. Según la web especializada en mindfulness Alomoves, sus principales beneficios son los siguientes: