Con el paso del tiempo sentimos que tenemos que cuidar más nuestro cuerpo, cosas que antes no nos costaban ningún esfuerzo comienzan a ser más complicadas de hacer, aparecen dolores y molestias donde antes no había y eso hace que seamos conscientes de la importancia de hacer un poco más de ejercicio para mantenernos saludables y ágiles a lo largo de la vida.
Somos muy conscientes de esto, aunque no siempre lo pongamos en práctica, pero de lo que no siempre nos damos cuenta es de la importancia de cuidar la mente y trabajarla, para potenciar nuestra memoria y concentración. Esto es algo a lo que se da mucha importancia durante la época de estudiante, pero a lo que parece que le prestamos menos atención una vez que abandonamos esa etapa de la vida.
Sin embargo, mejorar la atención y reforzar la memoria pueden ayudarnos a prevenir el envejecimiento cerebral, por lo que no parece una mala idea aprender algunas formas de hacerlo.
Cómo mejorar la memoria y concentración después de los 50, según Harvard
El paso del tiempo afecta al funcionamiento del cerebro y, mientras en algunos casos es un proceso que no se puede frenar, en otros sí que es reversible, tal y como señala Lisa Genova, neurocientífica de la Universidad de Harvard, en su libro Remember: la ciencia de la memoria y el arte de olvidar. Eso sí, para ello es necesario poner de nuestra parte y entrenar la memoria para mantenerla ágil, por ejemplo, con los siete trucos que ella recomienda en su libro.
Visualizar. Para recordar algo, señala que crear una imagen mental es una buena estrategia, porque así “estás profundizando las asociaciones, haciendo que la formación de esa memoria sea más sólida”. Recomienda también escribir recordatorios en mayúsculas o resaltarlos de algún modo.
Utiliza la imaginación. Con imágenes creativas el recuerdo será más memorable, “agregue elementos extraños, sorprendentes, vívidos, divertidos, físicamente imposibles”.
Personaliza el recuerdo. Es más sencillo recordar algo si lo asociamos con historias y opiniones personales.
Dale emoción. Las cosas que nos emocionan son más sencillas de recordar, según explica Genova, “La emoción y la sorpresa activan tu amígdala, que luego envía un mensaje alto y claro a tu hipocampo, en el cerebro: ‘¡Oye! Lo que está pasando ahora es extremadamente importante. ¡Recuerda esto!’”.
Practica. “Los recuerdos se vuelven más fuertes y se recuperan de manera más eficiente cuanto más ensayas una habilidad”, explica la experta en su libro. La repetición y el ensayo fortalecen los recuerdos.
Emplea señales de recuperación. Son elementos que ayudan a recordar cosas, como los olores, las canciones o las emociones. Estas señales pueden desencadenar recuerdos que no hemos tenido en años.
Exterioriza. Aunque pueda parecernos contraproducente, escribir listas o apuntar las cosas en agendas puede ayudarnos, porque el cerebro no está diseñado para recordar hacer cosas más tarde.
Además, los expertos también recomiendan llevar una vida activa, haciendo ejercicio físico, evitar en la medida de lo posible el estrés en nuestras vidas y descansar el tiempo suficiente, porque al dormir guardamos lo aprendido.