Entre un 20 y un 50 % de las personas con depresión tienen además una adicción, con frecuencia al alcohol o al cannabis, aunque también al juego y a las tecnologías, y al revés: hasta el 60 % de las personas con adicciones acaba desarrollando una depresión que, sin embargo, no se les suele diagnosticar.
En vísperas del Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, que se celebra cada 13 de enero, la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) ha querido poner el foco en la correlación entre depresión y adicciones para reclamar un abordaje integrado de ambos trastornos, lo que redundaría en una bajada del número de recaídas.
"Cuando un individuo tiene depresión dual, la depresión puede actuar como un detonante o un factor mantenedor de la adicción", ya que muchos recurren al consumo para aliviar los síntomas depresivos, una "solución" que, sin embargo, "suele agravar el problema, perpetuando un ciclo de malestar emocional y dependencia", ha destacado el vicepresidente de la sociedad científica, Pablo Vega.
Según los datos de la SEPD, se calcula que entre un 20 % y un 50 % tiene depresión dual, es decir, tiene depresión y además una adicción, con frecuencia al alcohol y cannabis, además de otras sustancias como la cocaína y los opioides, aunque también otras sin sustancias, como el juego patológico o las nuevas tecnologías.
Esta conexión también se da en sentido inverso: entre un 40 % y el 60 % de las personas con adicción desarrollan también depresión, un dato que demuestra "la estrecha interrelación entre ambos trastornos, que no se limitan a coexistir, sino que a menudo comparten una base neurobiológica, genética y ambiental".
Sobre ello, el médico experto en patología dual recuerda que diversos estudios recientes han identificado variantes genéticas comunes que predisponen tanto a la depresión como a las adicciones, afectando a áreas clave del cerebro relacionadas con el sistema de recompensa, la regulación emocional y el control de impulsos.
"Este componente genético, combinado con factores ambientales como el estrés o los traumas tempranos, refuerza la necesidad de un abordaje integral que reconozca las raíces compartidas de ambos trastornos", ha recalcado.
Pese a ello, la depresión dual sigue estando infradiagnosticada porque muchas veces los síntomas de una ocultan o enmascaran los de la otra, lo que dificulta un diagnóstico preciso.
Además, la SEPD denuncia que los sistemas de salud suelen tratar los trastornos de adicción y los trastornos mentales como problemas separados, lo que contribuye a pasar por alto la coexistencia de ambos
Por ejemplo, un paciente con una adicción al alcohol podrá recibir tratamiento para su dependencia, pero sus síntomas depresivos subyacentes por regla general no serán abordados, lo que incrementa "el riesgo de recaídas, autolesiones y suicidio, además de agravar el deterioro social, laboral y familiar".
La patología dual (presencia simultánea de un trastorno adictivo y otro mental, entre ellos la depresión) afecta a más del 60 % de los jóvenes atendidos por Proyecto Hombre Madrid, al 40 % de las mujeres y al 30 % de los hombres adultos.
En los adultos los trastornos depresivos son los más prevalentes, mientras que en menores y jóvenes se sitúan como los segundos.
Proyecto Hombre coincide en afirmar que para que el tratamiento sea realmente eficaz, ambos trastornos deben ser abordados al mismo tiempo porque coexisten, pero además, deben tenerse en cuenta todas las áreas que afectan a una persona.
Esto se debe a que con frecuencia, estas personas presentan dificultades en su día a día, lo que puede desencadenar en un aislamiento social y/o una sensación de incapacidad para realizar una vida normalizada.
De ahí que sea necesario abordar también el resto de áreas que forman parte de su vida, como son el ocio, la formación, el desarrollo personal y la vida laboral.
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