El desafío de acudir a un restaurante teniendo disfagia: "Solo pueden comer cosas trituradas"
En España más de dos millones de personas padecen disfagia y la mayoría no lo saben
Su dificultad para tragar limita su día a día y evitan acudir un restaurante ante la inexistencia de platos seguros
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Salir después del trabajo a tomar unas cervezas con amigos, acompañadas de algo para picar, o disfrutar de un domingo en familia en una terraza compartiendo unos platos deliciosos, son planes habituales para muchos. Sin embargo, ¿sabías que en España se estima que más de dos millones de personas no pueden disfrutar de estos momentos de la misma manera? La razón es la disfagia, un trastorno que dificulta la deglución, impidiendo que los alimentos pasen correctamente de la faringe al esófago.
Su dificultad para tragar sólidos y/o líquidos hace que su alimentación se reduzca a alimentos únicamente triturados, se queden en casa recluidos ante la dificultad de poder disfrutar de una alimentación segura fuera de esta y por tanto, disminuyan su vida social.
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Esta afección suele darse en personas con enfermedades neurodegenerativas, como el ELA, Parkinson o Alzheimer, con distrofias musculares en la garganta o con un cáncer de cabeza y cuello en procesos de radioterapia. También, en personas mayores por el propio deterioro o pacientes que han permanecido largos periodos ingresados por covid-19. En menor porcentaje, hay casos en los que se trata de una fobia a tragar alimentos.
Solo están diagnosticados el 10% de los casos
Esta enfermedad, que se manifiesta con tos, dolor al tragar o carraspeo, está infradiagnosticada y "solo se conocen el 10-12% de los casos", explica Isabel Girauta, enfermera especialista en nutrición del Hospital Universitario San Pedro (Logroño), a la web de Informativos Telecinco. Uno de los principales problemas es que estos incidentes son interpretados por cuidadores o sanitarios como casos puntuales, descritos coloquialmente como "se fue por el otro lado". "Las personas no suelen asociar estos síntomas con esta condición", explica.
Además, indica Girauta que también falta un mejor cribado. Esta misma idea la apoya un reciente estudio en personas mayores que reciben atención domiciliaria en la atención primaria liderado por especialistas del Clínic Barcelona y publicado en la revista Dysphagia. Este revela que la disfagia es mucho más frecuente de lo que se creía y que casi un 72% de las personas con el trastorno desconocían que lo tenían y no habían sido diagnosticadas.
Las principales consecuencias
"No tener diagnosticada esta afección produce una disminución en su alimentación, limitándose a comer purés hasta llegar en algunos casos a la desnutrición, deshidratación e infecciones respiratorias por broncoaspiración de alimentos o líquidos, que suelen ser causa de ingreso", detalla la enfermera. "Generalmente estos síntomas e enmascaran, y piensan que son debido a un catarro, y si no se les hace un buen cribado, no se descubre que la causa es una alteración en la deglución".
"El tratamiento se basa en modificar las texturas de los alimentos, especialmente los líquidos, espesándolos para facilitar su deglución. Es esencial activar un plan de actuación con la familia, los cuidadores y la persona afectada", explica Lorena Montero, enfermera del Consorcio de Atención Primaria de Salud Barcelona Esquerra, implicada en la investigación.
Comer fuera de casa padeciendo disfagia
Para paliar esta falta de diagnóstico, se ha organizado una jornada nacional sobre disfagia, hoy 12 de diciembre en la capital riojana, coincidiendo con el día internacional de esta patología. Girauta es una de las responsables, y explica que además de aportar una mayor visibilidad, se busca una alianza entre algunos especialistas médicos y cocineros, para ofrecer más posibilidades a estos enfermos. Y es que una variedad en su alimentación es imprescindible para que su calidad de vida mejore.
La iniciativa que se quiere llevar a nivel nacional nació en 2019 por la Asociación de Personas con Parkinson de Cuenca bajo el proyecto "Comer con Placer",. La finalidad es que "cuando una persona con disfagia acuda a un establecimiento pueda comer platos adaptados, pero con la misma apariencia que el resto".
Más allá de la comida triturada
Durante las jornadas se presentará el proyecto, investigaciones, casos clínicos y habrá ponencias de cocineros que expliquen cómo se pueden conseguir las texturas adaptadas. Además, se impartirá un taller de logopedia, de psicología para tratar el miedo a tragar y de texturas, donde estará Girauta.
"Comer solo triturado es muy aburrido y queremos que estos pacientes puedan salir de casa y tengan opciones. Por ejemplo, podrían comer unas croquetas, que aparentemente son iguales, pero por dentro la textura cambia", puntualiza.
Para ello, quieren crear un “distintivo” para los establecimientos que ofrezcan este tipo de productos, para que quienes tienen disfagia puedan acudir junto a su familia o amigos a disfrutar la comida de una forma segura, algo a simple vista sencillo pero que muchos no pueden hacer.
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