Avances en el VIH que están cambiando vidas: "Los tratamientos inyectables han sido una revolución"
El tratamiento para personas con VIH ha cambiado radicalmente en los últimos años gracias a la PrEP y la PEP
Entrevistamos a Andoni Casen, Coordinador de Ensayos Clínicos en la Unidad de Enfermedades Infecciosas de el Hospital de La Princesa
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No hace tanto tiempo, el VIH era casi un sinónimo de muerte. A finales de los años 80 y comienzos de los 90, la sociedad no estaba preparada para afrontar el reto que suponía el virus de la inmunodeficiencia humana. El sector de la población más castigado, el del colectivo gay, era estigmatizado y apartado sistemáticamente. Fue una época muy dura, en la que muchos referentes del movimiento fallecieron. Pero, poco a poco, la visibilización y la concienciación fueron dando paso a un avance en la sociedad que hoy en día, con el tratamiento adecuado, hace que se pueda vivir una vida normal siendo positivo.
Uno de los avances más importantes para conseguir llegar a ese punto ha sido la creación de los tratamientos de prevención y post-exposición. Esto son los comúnmente conocidos como PrEP y PEP. Pero no todo el mundo sabe diferenciarlos y para qué sirve cada uno de ellos.
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Andoni Casen, Coordinador de Ensayos Clínicos en la Unidad de Enfermedades Infecciosas de el Hospital Universitario de La Princesa, ha concedido una entrevista a la web de Informativos Telecinco para arrojarnos luz sobre cómo ha cambiado todo gracias a la llegada de estos dos tratamientos. Estudiante de Biotecnología y especializado en Salud Pública y Enfermedades Infecciosas, lleva a cabo un gran número de ensayos clínicos en el hospital. Muchos de ellos enfocados en el VIH.
“PrEP es la profilaxis preexposición y normalmente se indica para gente que suele tener en general prácticas de riesgo. Es decir, que durante el sexo no suelen utilizar el condón y que tienen cuatro o más relaciones sexuales con personas diferentes al mes. Hay que cumplir una serie de requisitos. Si los cumples, es cuando puedes acceder a la PrEP. Puedes pedirla en cualquier hospital y hay dos pautas: tomarte una pastilla todos los días en general o, si sabes que un día en concreto vas a tener una relación sexual de riesgo, tomarte una pastilla el día antes y el día después. La PrEP funciona así: antes de tener una relación, si tú ya te estás tratando o tienes algún susto. Tiene una eficacia del 99,9%”.
La PrEP fue aprobada por la FDA en 2012 y en el año 2016 lo hizo la Agencia Europea del Medicamento, convirtiéndose en una de las novedades más importantes en la lucha contra el VIH. Desde el 1 de noviembre de 2019 está aprobada y financiada en España por el Sistema Nacional de Salud. Por otro lado, encontramos la PEP, “profilaxis post exposición, y sería para una persona que no está tomando nada para protegerse del VIH. Si de repente puntualmente tiene una relación de riesgo, se te rompe el condón… Vas al hospital, cuentas la situación y te darían la PEP, que es la misma pastilla, pero te lo tomas solo con una pauta en esa ocasión. Tomas la pastilla dentro de las 72 horas posteriores a una posible exposición al VIH. Y tomar un comprimido diario durante 28 días”.
El aumento de las ITS
Aunque la PrEP y la PEP tienen aspectos muy buenos, hay una cara oculta de la moneda, y es el aumento exponencial de las infecciones de transmisión sexual. Si comparamos los enfermos del Ministerio de Sanidad de 2017 y 2021, la subida es alarmante. Por ejemplo, casos notificados de gonorrea en 2017 fueron 8702. Mientras que en 2021 se notificaron 15.300 casos. Un aumento de casi el 50%. Con clamidia, también ha pasado de 9.800 casos notificados en 2017, a 20.500 en 2021.
“La gente que está tomando la PrEP le pierde un poco el miedo al VIH. ¿Qué más da una sífilis, una gonorrea, si puedes evitar el VIH? No se usa preservativo, por lo que sí que es verdad que la incidencia de VIH disminuye, pero el resto de las ITS aumenta mucho”, explica Andoni.
“Al final, si tienes cualquiera de estas infecciones, se tratan y desaparecen. El VIH no. Pero contraer alguna ITS no deja de ser un problema, sobre todo porque son gastos económicos, tienes que ir al hospital, tienes que estar poniéndote antibióticos. También entramos en el tema de las resistencias a antibióticos. Cuando más los usas, más resistencia se genera”.
Aunque no ha sido la única novedad en cuanto a tratamientos para el VIH. “Hace un par de años se comercializó un nuevo tratamiento, que son dos fármacos, el Cabotegravir y Rilpivirina, que antes también estaban en formulación oral, un comprimido al día. Pero hace dos años se comercializaron de forma inyectable. Se ponen los dos a la vez, uno en cada nalga, y son inyecciones cada dos meses. Así que pasas de tomarte una pastilla al día a ir una vez cada dos meses al hospital, te ponen la inyección y te olvidas hasta los dos siguientes meses. Hay muchos ensayos clínicos que consisten en pasarles cuestionarios a esos pacientes sobre calidad de vida, estigma, calidad de sueño, para ver cómo es el cambio en su vida pasando de pastillas a inyecciones bimensuales”.
Y tras esta novedad, ya se está preparando la siguiente: el lenacapavir. Un fármaco inyectable que podría reducir las inyecciones a dos anuales. En la actualidad, tiene un coste de más de 40.000 dólares (36.678 euros) por persona al año. Algo que está fuera del alcance de mucha gente, y sobre todo, de personas con VIH en países del tercer mundo. Winnie Byanyima, directora ejecutiva de ONUSida aboga por una democratización del lenacapavir. “Es más eficaz que cualquier otra de las herramientas de prevención que existen, como los condones o la PrEP”, afirmó en una entrevista reciente. Los tratamientos inyectables han supuesto el gran avance de los últimos 20 años, y aquí parece estar el futuro para seguir avanzando en nuestra lucha contra el VIH.
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