La menopausia se abordaba, hasta hace poco, desde el punto de vista médico y poco más, pero más que sufrir los molestos síntomas, también es importante conocer que existen tratamientos para reducirlos. Las mujer pueden vivir este periodo natural sin tener que sufrir. La mayoría, sin embargo, ni siquiera acude a un especialista cuando comienza la menopausia. Un información de la periodista María Fente.
Los síntomas de la menopausia van desde los conocidos sofocos y sudoraciones nocturnas, al insomnio, sequedad vaginal, disminución del deseo sexual, alteraciones emocionales, trastornos cognitivos y dolores articulares, entre otros. Sin embargo, seis de cada 10 mujeres no consultan con el médico y la mayoría de ellas no recibe ningún tratamiento para combatir estos síntomas, según subraya la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia (AEEM).
"Más que un estigma hay un total desconocimiento y hay una aceptación por parte de la mujer de que estos son síntomas que tienen que ocurrir", explica Miriam Fernández, que vive este periodo.
Los sofocos, el insomnio, irritabilidad, etc. El 80% de las mujeres en esta fase notan esos síntomas, pero solo con la consulta del ginecólogo. Se quedan con muchas dudas, hay mucha falta de información.
En este centro de atención integral a la menopausia abordan lo médico, pero también desde una perspectiva holística, tanto actividad física, fisioterapia, sexología, la parte de nutrición superimportante en este momento de la vida", asegura a Informativos Telecinco, la ginecóloga Luciana Bergamaschi, de la Clínica Máxima.
Para enfrentarse a todo esto y minimizarlos al máximo hay tratamientos: ejercicios de fuerza, imprescindible, por ejemplo, para fortalecer los huesos y una alimentación específica ayuda a regular las hormonas. Y aunque muchas personas crean que la menopausia es un periodo que inicia después de los 40 años, ya desde los 30 se puede hacer un gran trabajo de prevención.
Un estilo de vida saludable que incluya una dieta equilibrada, baja en grasas y rica en calcio, ritmos de sueño adecuados y la práctica regular de ejercicio físico es beneficioso durante la menopausia.
También se puede recurrir a los tratamientos con productos naturales, como las isoflavonas y la menocífuga racemosa en la gestión de los sofocos; la maca y el ginseng en el deseo sexual; la pasiflora, valeriana o melisa, para el insomnio.
La ginecología y la medicina regenerativa también ofrecen soluciones innovadoras, como el uso del láser vaginal y las inyecciones de ácido hialurónico o factores de crecimiento a nivel vulvovaginal. Estas técnicas ayudan a combatir la atrofia vaginal, un problema frecuente en las mujeres postmenopáusicas que repercute en su salud sexual y aumenta el riesgo de infecciones de orina.
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