El mejor tenista español de la historia dice adiós. Tras meses de dudas, pruebas y reveses, Rafa Nadal ha tomado la decisión de retirarse del deporte profesional tras su participación en la próxima Copa Davis que se celebrará en Málaga en noviembre. Una decisión difícil pero lógica, porque, como el propio manacorí apunta en el vídeo de su despedida, "en esta vida todo tiene un principio y un final, y es el momento adecuado". Nadal deja las pistas de tenis pero seguirá ganando fuera de ellas, ya que lleva tiempo replicando su habilidad con la raqueta en el mundo de los negocios.

22 Grand Slam, entre ellos 14 Roland Garros, cinco Copas Davis con España o dos medallas olímpicas adornan su inalcanzable palmarés. Por sus 92 victorias en torneos ATP se ha embolsado casi 135 millones de dólares desde 2001. Eso sin contar los millonarios contratos publicitarios que a lo largo de su trayectoria ha firmado con marcas como Kia, Movistar o Heliocare y que se estima que le pueden haber reportado 23 millones de euros.

Su patrimonio neto está valorado en 310 millones de euros, según Forbes, lo que le convierten en el deportista español con más dinero, por encima de Fernando Alonso, con 270 millones, y Andrés Iniesta, con 100 millones de euros. Pese a la retirada, se espera que ese patrimonio siga aumentando, pues tiene inversiones en el mundo de los complementos alimenticios, en turismo, restauración, inmobiliaria, hostelería, audiovisual y pretende expandir su academia por el mundo.

La principal sociedad con la que Nadal gestiona sus negocios es Aspermir. A través de ella se explota su imagen en complejos deportivo-turísticos y la Rafa Nadal Academy, inaugurada hace cinco años en Manacor y que cuenta con infraestructuras de la más alta calidad. El modelo se ha expandido a otras latitudes, como Kuwait, Cancún y Sani, en Grecia, donde ha abierto varias academias. Precisamente el compromiso de Nadal con la Federación de Tenis de Arabia Saudí para convertirse en su embajador de este deporte fue motivo de fuertes críticas por su blanqueamiento de un país que vulnera sistemáticamente los derechos humanos.

El mallorquín también tiene fuertes inversiones en el sector inmobiliario. Por ejemplo, en la rehabilitación de un edificio de lujo en la plaza de Villa París, en Madrid. Tan elitista que incluso ha adquirido allí un piso la presidenta de Inditex, Marta Ortega. También cuenta con inmuebles comerciales repartidos por Madrid, Barcelona, Valencia y Mallorca. Además, en 2023 se alió con Meliá para lanzar la nueva marca ZEL, que prevé inaugurar 20 hoteles antes de 2030.

Su negocio más reciente le asocia con el empresario hotelero Abel Matutes. Juntos invertirán más de 200 millones de euros para levantar más de 100 villas y apartamentos de lujo en Estepona y la zona de Nagüeles en Marbella. Precisamente junto a Matutes y Manuel Campos Guallar ha fundado Mabel Capital, una compañía de inversión privada que además de invertir en el sector inmobiliario, también crea, desarrolla y gestiona marcas propias de restauración. Y no solo eso. A través de la facción Mabel Private Equity, participan en la producción de festivales como el Mad Cool o de documentales y series como la de Georgina Rodríguez para Netflix.

Las inversiones de Nadal también alcanzan a las energías renovables, o aventuras más singulares, como su alianza con Alejandro Agag para convertirse en propietario del Team Rafa, un equipo en el UIM E1 World Championship, campeonato de embarcaciones eléctricas en el que también participan otras estrellas como Will Smith, Steve Aoki o Tom Brad.

Además, su familia también ha erigido la Fundación Rafa Nadal, una institución dedicada a reforzar la integración y el desarrollo personal y social de niños y jóvenes en España y la India, en la que su esposa, María Francisca Perelló, está especialmente involucrada. Lo que está claro es que Rafa no se va a aburrir fuera de las pistas.