La semaglutida, el medicamento para bajar de peso comúnmente vendido bajo las marcas Ozempic y Wegovy, podría ayudar a reducir los derrames cerebrales y los ataques cardíacos, según se ha publicado en un nuevo estudio difundido este pasado lunes.
Concretamente, se trata de dos nuevos análisis que forman parte de un gran ensayo presentado este pasado 13 de mayo en el Congreso Europeo sobre Obesidad en Venecia. Según el texto, las inyecciones del medicamento redujeron los eventos cardiovasculares, como derrames cerebrales y ataques cardíacos en adultos con enfermedades preexistentes, independientemente de la pérdida de peso, y ayudó a las personas a mantener su peso bajo durante al menos cuatro años.
La semaglutida es el principal activo de Ozempic y Wegovy, recordamos. Imita a la hormona GLP-1, que puede indicar que el cuerpo está saciado. Los dos análisis citados se llevaron a cabo con el ensayo SELECT, que incluyó a más de 17.600 adultos de 41 países entre octubre de 2018 y marzo de 2021 con enfermedades cardiovasculares preexistentes y que tenían sobrepeso u obesidad. Todo el proceso fue financiado por Novo Nordisk, la compañía farmacéutica danesa detrás del medicamento.
Los pacientes de "una población geográfica y racialmente diversa" tomaron semaglutida y un placebo una vez por semana durante una media de 3,3 años durante el ensayo. En el proceso se descubrió una reducción del 20% en "eventos cardiovasculares adversos importantes", como accidentes cerebrovasculares, ataques cardíacos y muerte cardiovascular. Un hallazgo se publicó en el New England Journal of Medicine en 2023. Aquellos beneficios cardiovasculares también fueron independientes de la pérdida de peso, según el nuevo análisis del ensayo, lo que sugiere "mecanismos alternativos para mejorar los resultados cardiovasculares", según un nuevo análisis del ensayo.
El otro nuevo análisis del ensayo, publicado en Nature Medicine esta semana y presentado en el congreso, mostró que los pacientes que tomaban semaglutida “perdieron significativamente más peso que los que recibieron placebo”. El fármaco produjo una “pérdida de peso clínicamente significativa” y redujo el tamaño de la cintura durante al menos cuatro años en adultos con sobrepeso u obesidad pero que no tenían diabetes.
Donna Ryan, autora principal del análisis del Centro de Investigación Biomédica Pennington en Estados Unidos, dijo en una conferencia de prensa que el estudio mostró que "los pacientes que toman semaglutida tienen muchas más posibilidades de no tener obesidad después del tratamiento con este medicamento". Dos años después, casi el 68 % de los pacientes que tomaron el medicamento tuvieron una pérdida de peso del 5% o más, y el 44% tuvieron una pérdida de peso del 10% o más.
Eso se comparó con el 21% de los que tomaron el placebo que tuvieron una pérdida de peso del cinco % o más, y casi el 7% tuvieron una pérdida de peso del 10% o más. Ryan añadió que hubo "menos eventos adversos graves en los pacientes tratados con semaglutida que con el placebo, debido principalmente a una reducción de los eventos cardiovasculares y de las infecciones". El ensayo, eso sí, tuvo algunas limitaciones. No se incluyeron personas con exceso de grasa corporal, pero sí con un índice de masa corporal normal. El estudio pone el foco también en el uso del medicamento en la Atención Primaria.
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