El anuncio del Ministerio de Sanidad de incluir las gafas y lentillas dentro de las prestaciones que cubre la Seguridad Social sigue dando que hablar. No obstante, se trata de una medida que podría beneficiar a hasta 30 millones de personas con problemas de visión, ya que siete de cada diez ciudadanos (70,6%) utiliza algún sistema óptico de compensación para ver bien en su día a día. Sin embargo, hay quien cree que esta propuesta es "irrealista" y no ha calibrado bien las consecuencias económicas que podría acarrear.

Aún no hay ningún plan sobre cómo se va a implementar esta propuesta. La ministra Mónica García no ha especificado en qué cuantías se financiará, cuál sería el coste para las arcas públicas, a qué sectores de la población involucrará ni la fecha de inicio, pero sí que será durante esta legislatura, siguiendo un modelo similar al de la salud bucodental. “Lo abordaremos de manera decidida de la mano del Ministerio de Derechos Sociales y Consumo”, indicó.

A falta de conocerse todos estos detalles, el Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Andalucía ya se ha manifestado en contra de la medida, argumentando que su impacto económico será mayor del previsto y que, solo con su enunciación, ya está afectando a los resultados de los negocios de óptica por cuenta propia.

Blanca Fernández Pino, presidenta de este organismo, asegura no haber recibido ninguna comunicación por parte del Gobierno sobre esta nueva bonificación, la cual “les ha cogido por sorpresa”, y consideró que “se debería regular por comunidades autónomas teniendo en cuenta el presupuesto de cada una”, según publica 'Autónomos y Emprendedores'.

La experta expresa su inquietud respecto a la poca información sobre el tema que tienen los negocios y sus clientes, lamentando la "confusión" que ha generado el anuncio.  Asimismo, ha manifestado sus dudas respecto a la viabilidad de la propuesta, considerándola “irrealista” debido al elevado coste en las cuentas públicas que supondría proveer a toda la población.

Además, desde que se anunció la medida se ha observado una tendencia en la que un considerable número de clientes ha optado por postergar la compra de gafas o lentillas, motivados por la expectativa de que estos productos "serán gratis".  Esta actitud de los consumidores "ha generado un impacto negativo en el negocio de la venta de lentillas y gafas", asegura Fernández, afectando directamente a los trabajadores por cuenta propia.

La experta cree que “no se han calculado bien los gastos que supondría la propuesta”, ya que financiar lentes y monturas complejas o para dioptrías elevadas sería mucho más caro, limitando así las ganancias de los ópticos. En ese sentido, sugiere que los fondos destinados a gafas y lentillas podrían utilizarse para reducir la lista de espera en la sanidad pública, beneficiando a pacientes que necesitan operaciones de visión de manera urgente.

Los precios de las gafas, tanto las monturas solas como con los cristales graduados, y las lentes de contacto siguen siendo muy elevados para muchas familias. El precio de unas gafas graduadas va determinado de la graduación necesaria. A más graduación, mayor es el precio. En 2022, el precio medio fue de 197,35 euros -4,15 euros más que el año anterior-, según el Libro Blanco de la Visión, aunque para aquellos con grandes problemas de vista puede ascender hasta los 500 euros.