José Luis Bimbela Pedrola, doctor en Psicología. Máster en Salud Pública. Máster en Drogodependencias publica ahora 'Bondad práctica y radical' (Desclée De Brouwer: Bilbao, 2023). Un libro más que recomendable en el Día Mundial de la bondad y en pleno debate sobre la salud mental en España, que se ha convertido en una pandemia entre los adolescentes y nuestros mayores.
Bimbela ha ejercido desde hace 30 años, como psicólogo salubrista, profesor, conferenciante, y escritor. Pensó en suicidarse en 2009. Una decisión ética, no provocar sufrimiento a sus padres, le salvó la vida. Otra decisión bondadosa y ética, mejorar su salud -física, emocional, social-espiritual y ética, le sanó la vida. Está convencido de que “el arte sana a quien lo crea y, a veces, también a quien lo recibe”.
"En 2009, a raíz de un dolor físico que yo vivía como insoportable, interminable e inabordable (“cirugía fracasada” incluida) y al que se sumaron dolores emocionales (mi pareja me abandono porque yo me había convertido en una queja constante e “insoportable”), sociales (me aísle cada vez más del entorno) y espirituales (sentía que mi vida ya no tenía sentido) … decidí matarme. Cuando llevaba escrito algo más de un folio para despedirme de mis padres y desculpabilizarles de mi situación (estaba claro que ellos no tenían ninguna culpa y así lo plasmaba yo en el escrito) fui consciente de que, por mucho que escribiera y argumentara, mis padres no lo iban a entender y, por ello, iban a sufrir de una manera que no se merecían y que yo podía evitar. Y ahí tomé una primera decisión ética (bondadosa) y decidí posponer mi decisión (“Mientras mis padres vivan no lo haré” me dije a mí mismo). Esta primera decisión ética me salvó la vida. Y a continuación tomé una segunda decisión ética (en este caso a favor de mí mismo); decidí que, ya que iba a vivir, me iba a cuidar mucho más (física, emocional, social y espiritualmente). Esta segunda decisión ética me sanó la vida. En mi caso, la bondad (hacia mis padres y hacia mí mismo) me ha hecho vivir más y mejor. Mucho mejor", explica con una asombrosa sinceridad.
En su nuevo libro da las claves que demuestran que la bondad sana nuestro cerebro es buena para la salud y alarga nuestra vida.
Malestares físicos: sistema inmunitario deprimido; estómago encogido; colón irritado; jaqueca incapacitante, insomnio, tensiones musculares.
Malestares emocionales: distorsiones cognitivas, ansiedad, angustia, estados pre-depresivos, miedos.
Malestares sociales: aislamiento, agresividad, marginación, rechazo.
Malestares espirituales: energía desnortada, falta de sentido vital, “alma rota”, sentimiento de vida desaprovechada.
Malestares éticos: Me muevo en estrategias poco saludables, como la estrategia malévola (yo gano y la otra persona pierde); la estrategia ingenua (yo pierdo y el otro gana); o la estrategia estúpida (todos perdemos).
Efectos en el cuerpo: “Subidón” hormonal: Suma de oxitocina y dopamina. Menos inflamaciones.
1. Escoger objetivos de acción que permitan conseguir nuestro propio bienestar y el bienestar de los demás (estrategia ganar/ganar).
2. Practicar el verbo PREGUNTAR en lugar del verbo suponer.
3. Practicar el verbo ESCUCHAR de forma activa (con elementos verbales y elementos no verbales).
4. Practicar el verbo EMPATIZAR (poniéndonos, de verdad, en el lugar del otro).
5. Practicar el verbo AUTO-REFORZARSE (reconociéndonos nuestros propios logros e intentos).
6. Practicar el verbo REFORZAR (reconociendo los logros y los intentos de las otras personas).
7. Identificar los beneficios, de todo tipo, que produce en nosotros mismos el ejercicio diario de la bondad.
8. Identificar los beneficios, de todo tipo, que produce en nuestro entorno (personal y profesional) el ejercicio diario de la bondad.
9. Permitirse alguna “recaída” (breve y de poca intensidad) en la maldad. Procurando que las recaídas sean cada vez lo más cortas posibles y lo menos frecuente posibles.
10. Recordar que se recoge lo que se siembra. O dicho de una forma más elegante: en comunicación se produce el fenómeno de la reciprocidad.
Hay tres retos que podemos intentar lograr a lo largo de nuestra vida. José Luis Bimbela los recuerda en sus libros. Dos tienen que ver con el yo y otro con el nosotros. El Yo conmigo o, lo que es lo mismo, lograr las habilidades emocionales para gestionar mis propios pensamientos y ser capaz de elaborar pensamientos más objetivos, más justos (para mí y para los demás) y más realistas; que darán lugar a emociones más bondadosas conmigo mismo y con los demás. El Yo contigo: habilidades sociales para gestionar saludablemente mis relaciones interpersonales y ser capaz de crear interacciones bondadosas basadas en el respeto mutuo y la confianza y el Nosotros y nosotras: habilidades éticas y espirituales para lograr la suma de mi bienestar y el bienestar de los demás. A través de la estrategia inteligente (ganar/ganar) y de la búsqueda de sentido vital. Porque sin ese sentido vital, sin ética y bondad será más fácil que nuestra vida acabe en un callejón sin sentido como le ocurrió a Bimbela. Su experiencia demuestra que se puede salir de ese pozo que es sentir que la vida no tiene sentido.