Un estudio genético, el más grande jamás realizado sobre el suicidio, llevado acabo por investigadores de la Universidad de Utah, en Estados Unidos, ha identificado 12 variantes de ADN, o variaciones en el código genético humano, que están asociadas con el riesgo de intentar suicidarse.
Las razones por las que las personas intentan suicidarse son complejas e incluyen factores desencadenantes como el trauma y el estrés, así como factores genéticos heredados. La investigación destaca los vínculos genéticos entre el intento de suicidio y los factores que influyen en la salud física y conductual, incluidos la impulsividad, el tabaquismo, el dolor crónico, el TDAH, las afecciones pulmonares y las enfermedades cardíacas.
Estos hallazgos sugieren que algunos de los fundamentos genéticos del suicidio se comparten con estas afecciones. Los investigadores creen que, algún día, esta información podría conducir a una mejor comprensión de las causas biológicas del suicidio y a mejoras en las estrategias de prevención. Con el tiempo, señalan, "estos avances podrían ayudar a los proveedores de atención médica a identificar a las personas que pueden necesitar apoyo de salud mental".
"Muchas personas que mueren por suicidio tienen importantes problemas de salud asociados con ese riesgo", señala Anna Docherty, autor correspondiente del estudio y profesor asociado de psiquiatría en el Instituto de Salud Mental Huntsman de la Universidad de Utah.
"Si podemos utilizar información genética para caracterizar los riesgos para la salud de quienes intentan suicidarse, podremos identificar mejor a los pacientes que necesitan contacto con el sistema de atención de salud mental", afirma la investigadora, que ha conseguido publicar el estudio en la revista 'American Journal of Psychiatry'.
Los científicos de HMHI, la Facultad de Medicina Icahn en Mount Sinai, la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke, el Sistema de Atención Médica de Asuntos de Veteranos de Durham y el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt lideraron la colaboración con múltiples instituciones en todo el mundo. Analizaron datos de 22 poblaciones diferentes en todo el mundo, incluidas personas de diversos orígenes ancestrales y étnicos.
Los científicos deberán realizar estudios adicionales para determinar si las variantes impactan directa o indirectamente el riesgo de suicidio, y cómo. La investigación hasta ahora ha demostrado una asociación y no causa y efecto. "Comprender cómo se relaciona el suicidio con otras afecciones de salud podría abrir puertas a nuevas formas de evaluar (y tratar) el riesgo de suicidio", añade Docherty.
Ningún gen por sí solo causa el suicidio. Más bien, el efecto acumulativo de muchos genes diferentes influye en el riesgo de una persona. "En psiquiatría, tenemos muchos efectos genéticos diminutos, pero cuando los tomamos en cuenta todos juntos, comenzamos a ver una señal de riesgo genético real", explica Docherty.
Para descubrir una señal tan difusa, los investigadores aplicaron métodos estadísticos a los datos recopilados de un gran número de personas e identificaron variaciones genéticas que son más comunes entre las personas que han intentado suicidarse.
El nuevo análisis combina datos del Programa Millón de Veteranos (MVP) y el Consorcio Internacional de Genética del Suicidio (ISGC). En conjunto, estos incluyen 43.871 intentos de suicidio documentados y 915.025 controles de ascendencia coincidente, lo que lo convierte en el estudio genético del suicidio más grande hasta la fecha.
Un metanálisis de los estudios identificó nuevas variantes genéticas que se correlacionaban con el intento de suicidio. Luego, los investigadores compararon todas las señales variantes con datos genéticos publicados previamente sobre más de 1.000 otros rasgos y trastornos, incluidas afecciones psiquiátricas (por ejemplo, TDAH), condiciones físicas (por ejemplo, enfermedades cardíacas) y comportamientos (por ejemplo, fumar), y determinaron que las variantes genéticas relacionadas con el intento de suicidio también están relacionadas con otras condiciones de salud.
"Eso nos permitió observar cómo el riesgo genético de suicidio se superpone con el riesgo genético de depresión, enfermedades cardíacas y muchos otros factores de riesgo. Mostró una superposición significativa con las condiciones de salud mental, pero también con muchas condiciones de salud física, particularmente el tabaquismo y las enfermedades relacionadas con los pulmones. Esto es algo que no necesariamente podemos ver en los registros médicos de las personas que mueren por suicidio", señala Docherty.
Los resultados no significan que las personas con cualquiera de estos factores de salud tengan un alto riesgo de intentar suicidarse, señala Hillary Coon, coautora del estudio y profesora de psiquiatría en HMHI. Más bien, combinar la predisposición genética con otros factores estresantes (que podrían incluir otros factores de riesgo genéticos, condiciones de salud, circunstancias de la vida o eventos traumáticos) podría aumentar ese riesgo.
Los análisis iniciales respaldan la idea de que muchas de las variantes de ADN que identificaron los científicos están ubicadas en genes con funciones biológicas conocidas, lo que refuerza el argumento de que los cambios en estos genes podrían afectar la fisiología o el comportamiento de una persona.
Varios de los genes controlan procesos en las células, como el manejo del estrés celular, la reparación del ADN dañado y la comunicación con el sistema inmunológico. La mayoría también se expresan altamente en el cerebro y son objetivos conocidos de fármacos antipsicóticos y antidepresivos.
"Queremos comenzar a explorar los fundamentos biológicos que son comunes entre el suicidio y estos factores de salud, porque eso conducirá a los objetivos farmacológicos más convincentes",