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El desprendimiento de vítreo es una patología ocular que, en principio, no representa mayor gravedad, aunque puede derivar en un problema ocular grave si no se trata a tiempo, llegando a provocar posibles complicaciones como daños y desgarros en la retina. El desprendimiento de vítreo es una afección que afecta generalmente a personas de entre 50 y 70 años de edad.
El interior del ojo está compuesto por un gel transparente que se conoce como humor vítreo y cuya función es proteger y dar consistencia al globo ocular. Con el paso del tiempo, ese gel va perdiendo consistencia hasta que se acaba separando de la retina, provocando lo que se conoce como un desprendimiento de vítreo.
En principio se trata de un proceso fisiológico que ocurre por la edad sobre todo en personas de entre 50 y 70 años y que, en algunos casos no suele presentar ninguna molestia o problema visual. Sin embargo, el desprendimiento de vítreo puede derivar en un problema ocular grave, como el desgarro de retina, dando lugar a una pérdida permanente de la visión.
Entre las causas del desprendimiento de vítreo se encuentran la miopía elevada, también llamada alta miopía o miopía magna. Traumatismos o contusiones oculares severas. Cirugía ocular, como una operación de cataratas. Procesos inflamatorios, como ocurre por ejemplo con la uveítis, que la inflamación de la úvea o capa intermedia del ojo. También puede deberse a tumores intraoculares.
Entre los síntomas más comunes del desprendimiento de vítreo encontramos:
Si se aprecian alguno de estos síntomas es fundamental acudir a un oftalmólogo especialista para que pueda diagnosticar a tiempo esta patología y descartar posibles complicaciones.
El desprendimiento de vítreo generalmente no requiere tratamiento, ya que es un proceso fisiológico que ocurre en personas de más de 50 años de edad y que generalmente no produce ninguna molestia ni problema visual.
En aquellos casos en los que el desprendimiento de vítreo haya provocado un desgarro en la retina, el oftalmólogo deberá valorar el tratamiento más adecuado según la causa que lo haya provocado y el nivel de afección, para frenar el avance y evitar la pérdida permanente de la visión. Algunos de los tratamientos más comunes son la fotocoagulación láser y la vitrectomía. Según cada caso concreto, el especialista valorará cuál es el tratamiento más adecuado para cada paciente.
La mejor manera de prevenir el desprendimiento de vítreo es acudir a revisiones oculares periódicas, especialmente si existe un factor de riesgo, como la miopía magna. El diagnóstico temprano es esencial para poder tratar a tiempo cualquier problema que pueda derivar del desprendimiento de vítreo.
También es importante tener en cuenta que aunque el estrés no es un factor directo que provoque el desprendimiento de vítreo, si puede ser un factor que agrave la situación, ya que puede aumentar la presión intraocular y, favorecer la separación del vítreo de la retina, según recogen webs especializadas en oftalmología. Lo mismo ocurre con el ejercicio físico es un factor que puede aumentar la presión intraocular y favorecer la separación del vítreo de la retina.