La media de espera para ser atendido por el médico de atención primaria desciende y se coloca en 8,57 días, cerca de un día menos que hace unos meses, según la segunda oleada del Barómetro Sanitario 2023, que realiza el Ministerio de Sanidad en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Se trata de la segunda mejor cifra registrada en los últimos dos años, por delante de la de noviembre de 2022, con un 8,54. No obstante, el balance tras la pandemia no es positivo, ya que los días para ser atendido por un médico de cabecera duplican a los registrados en los últimos veinte años.
Respecto a su impresión de las listas de espera, un 29,7% de los españoles cree que el problema ha empeorado, casi 10 puntos menos que en febrero de este mismo año, cuando ese porcentaje se situaba en el 39,2%. De hecho, sube el dato de aquellas personas que opinan que la situación ha mejorado hasta el 13,8%. Disminuye casi 10 puntos el porcentaje de personas que cree que las listas de espera han empeorado respecto al barómetro sanitario de febrero: ahora son un 29,7%.
En la atención primaria, se reduce el porcentaje de personas que espera entre uno y tres días para ver a su médico de cabecera, pasando de un 48% a un 40%. Sin embargo, aumenta en el resto de franjas: un 25,6% aguarda de cinco a diez días y un 24,3% 11 días o más.
En cuanto a la atención especializada, aumenta el porcentaje de pacientes que espera más de tres meses para ser atendido: un 40,9%, el más alto de los últimos dos años. La parte positiva es que crece el número de personas que espera menos de un mes (20,6%) y el de uno a tres meses (36,9%).
El estudio, realizado durante el mes de julio, revela que los españoles consideran que el sistema sanitario español funciona (60,1%), aunque con matices, ya que un 46,3% considera que son necesarios "algunos cambios". El porcentaje de aquellos que opinan que funciona mal se reduce, pasando de un 15,9% en marzo a un 11,8%, la segunda cifra más bajo de los últimos dos años.
El 71,6 por ciento de los pacientes prefieren la sanidad pública para sus consultas de cabecera, mientras que solo un 26,1 por ciento prefieren acudir a centros privados para las consultas de Atención Primaria, aunque un 33,6 por ciento tenga acceso a un seguro privado, un dato que baja casi tres puntos desde marzo de este año (35,9%). Así, según la segunda oleada del barómetro sanitario del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), realizado en julio, un 3,8 por ciento de la población tiene acceso a la sanidad privada por pertenecer a una mutualidad del Estado (MUFACE, ISFAS, MUGEJU); un 20 por ciento lo ha contratado y un 9,8 por ciento lo tiene por su empresas.
En cualquier caso, la población se posiciona más a favor de la atención pública, no solo en Atención Primaria, también en las consultas de especialistas (58% frente al 39% que iría a la privada), ingresos hospitalarios (76% frente a 19,6%) y Urgencias (73% frente al 24%).
Respecto al motivo por el que se contrata un seguro privado, los encuestados señalan como razón principal la rapidez con que le atienden con un 75,7 por ciento; y muy por debajo señalan por la contratación de un producto con el banco o seguro (4,8%). Otras respuestas han sido calidad de los servicios sanitarios (2,8%); la capacitación y la calidad del personal sanitario (2,3%) y pordeficiencias en la sanidad pública (2,1%).
Durante los últimos doce meses, un 6,5 por ciento de los encuestados ha tenido alguna consulta con un médico de cabecera o de familia de la sanidad privada, mientras un 15 por ciento lo ha compaginado con la pública y un 61 por ciento solo acudió a la pública.
En cuanto a Urgencias, en el último año, un 33,8 por ciento acudió a algún hospital público; un 5,7 por ciento a un servicio o centro de la sanidad privada, mientras que a ambos (público y privado) fue un 5,5 por ciento. Mientras al especialista de la sanidad pública fue un 39,4 por ciento; a la sanidad privada un 15,8 por ciento; y a las dos (pública y privada) un 10,7 por ciento.