Existe un aviso de escasez global que puede ir a más. La demanda de las llamadas inyecciones para adelgazar sigue aumentando y la Agencia Española del Medicamento estima que de momento seguirá lo que ellos llaman "tensión de suministro". Es decir que nunca se acaba de cubrir la demanda total, aunque sigue llegando.
"Hay problemas de suministro porque no llegan con la suficiente frecuencia que requiere la demanda. No es que no se estén haciendo. Hay en julio, vuelve a salir en septiembre, pero a nivel global se mantiene esa tensión de suministro. Están fabricando más y aumentando las líneas de fabricación pero eso lleva su tiempo, por eso avisamos en 2022 de que la alerta podría alargarse en 2023", explican desde la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios.
Un problema que nace de su éxito. Estos fármacos que se presentaron en un principio para tratar la diabetes tipo dos se están mostrando tan eficaces para luchar contra otras enfermedades que las fábricas no dan abasto.
Porque ya no son solo estudios los que demuestran que funcionan para combatir la obesidad, ahora hay evidencia empírica. Pacientes que están perdiendo hasta un 15% de su peso. Y todavía puede conseguirse más: "Desde hace 15 años están demostrando que no son fármacos para adelgazar, son fármacos que te cambian la vida. Estamos pendientes de la publicación de un estudio Selec, que se presenta en el congreso norteamericano en noviembre, que demuestra que pacientes tratados con tirzepatida han llegado a perder hasta un 25% de su peso", comenta el doctor Cristóbal Morales Portillo, especialista en Endocrinología y Nutrición del Hospital Vithas Sevilla.
Recientemente un estudio ha demostrado que las inyecciones de Wegovy, un medicamento diseñado inicialmente para pacientes de diabetes de tipo 2, pueden funcionar también como tratamiento protector ante problemas cardiovasculares.
Es decir, las famosas inyecciones pueden evitar también infartos. "Son mal llamados fármacos para adelgazar porque es más allá que eso. En pacientes obesos, sin diabetes, con eventos cardiovascular previos, se disminuye el riesgo de infarto un 20%. La ciencia, ensayo tras ensayo clínico, avala que no es perder peso es ganar en salud", insiste el doctor Morales quien recuerda que más de 800 millones de personas en el mundo viven con obesidad, una enfermedad que no les permite hacer una vida normal.
El principio activo en el que se basa estos tratamientos es en el funcionamiento de los agonistas del receptor del péptido 1 similar al glucagón (GLP-1), una hormona intestinal relacionada con la sensibilidad a la insulina. Por eso se empezó a emplear para combatir la diabetes tipo 2. Pero pronto se comprobó que con su uso se pierde peso de manera efectiva.
La forma exacta en que este principio funciona en la pérdida de peso no se entiende completamente, parece actuar a nivel del tubo digestivo retrasando el vaciamiento gástrico después de las comidas lo que contribuye a favorecer la sensación de saciedad, pero sobre todo, actúan a nivel cerebral, afectando a las partes del cerebro que regulan el apetito. Ahora recientes estudios están demostrando que su potencial es aún mayor. Ya se ha comprobado que la semaglutida, la versión sintética de la GLP-1, es eficaz para luchar contra las adicciones. Y así todo.
"El mal enfoque de la medicina tradicional es encasillar estos fármacos sólo para perder peso. Es un enfoque obsoleto", explica el doctor.
Un enfoque incorrecto que ha llevado incluso a frivolizar con su uso. Varios personajes conocidos alardeaban en redes sociales de haber perdido peso al administrarse este tipo de tratamiento. Una noticia que despertó una curiosidad y aumentó su demanda con un mal uso que no recomiendan los especialistas. "No se puede olvidar que son fármacos. Y que requieren control médico. Además de que para que de verdad funcione es necesario que se siga un control así como unos cambios en los hábitos de vida. Lo dice en la prescripción y en la ficha técnica este tratamiento tienen que ir asociado a dieta y ejercicio", explica César Bustos, vocal de la Sociedad Española de Obesidad.
Este uso sin control, provocado por el efecto llamada de ver cómo otros adelgazan, también puede estar afectando al suministro: "Es un problema de fabricaciòn que afecta a nivel global. Que algunos famosos como Kim Kardashian lo publiciten puede que haya provocado un aumento de consumo. Pero las farmacéuticas siguen sus pautas, hay un estricto control y no se puede aumentar la oferta de un dia para otro. Lleva su tiempo", aclaran desde la AEMPS.
Por eso los especialistas como el doctor Morales son firmes al respecto: "Las personas obesas los necesitan y no sería adecuado que no lo obtengan porque alguien las use para perder solo dos o tres kilos. Eeso se puede conseguir de otro modo. Son fármacos muy potentes y necesitan prescripción médica y seguimiento. Un uso de un fármaco tan potente, fuera de manos expertas y sin seguimiento está totalmente desaconsejado".