Por qué no debes usar agua del grifo en humidificadores

Los humidificadores han ganado popularidad en los últimos años. De hecho, es muy probable que la mayoría de los hogares cuenten con al menos uno, cada vez más estéticos y a los cuales puedes añadirles aceites esenciales caseros para que desprendan buen olor, como por ejemplo árbol de té.

Estos dispositivos de humidificación tienen muchos beneficios, según indican los expertos. Al liberar vapor, agregan humedad al aire y son capaces de eliminar la sequedad de los ambientes más secos, por lo que ayudan a aliviar la congestión, así como también a mantener la humedad de la piel y el cabello. De hecho, en tiempo de coronavirus, afirmaron que estos aparatos eran capaces de reducir los contagios en sitios mal ventilados.

Asimismo, el funcionamiento es muy sencillo. Aunque existen muchos modelos y tipos, en la mayoría debes llenar el tanque de agua para que comiencen a funcionar. Eso sí, también va a ser esencial tomar ciertas precauciones para evitar posibles riesgos o problemas de salud.

¡Solo agua destilada o desmineralizada!

Una de ellas es saber qué tipo de agua es la idónea. En este caso, se recomienda no utilizar agua del grifo, sino destilada o desmineralizada, es decir, que esté filtrada.

Si bien es cierto que la calidad del agua de grifo en España, en líneas generales y según afirman desde la Asociación Española de Empresas del Sector del Agua y la OMS, es buena y se puede beber, podría ser perjudicial para ciertos usos. Medline Plus, por su parte, explica que cuando un humidificador es usado y limpiado de forma incorrecta, es posible tener efectos contraproducentes para la salud.

Así entonces, aunque parezca una práctica que no acarrea ningún riesgo, estamos equivocados. Por ello, los expertos recomiendan dejar de llenar el tanque con agua del grifo, así como tampoco limpiarlo con este tipo de agua. Gestos que inevitablemente se han convertido en un hábito para muchas personas.

Cuidado con los minerales

La razón por la que no se aconseja emplearla es debido a que el agua del grifo puede “contener minerales que pueden crear depósitos y favorece el crecimiento bacteriano dentro del aparato”, explican desde la Mayo Clinic.

Unos minerales que, además, pueden ser expulsados y aparecer como polvo blanco en los muebles cuando se liberan al aire y provocar problemas respiratorios