Este verano está siendo recordado por muchos por el calor que se está viviendo en muchas zonas de España, pero también por otras cuestiones, como la escasez de sandías en las fruterías. Un producto que está de temporada, pero que, debido al clima adverso de los últimos meses, ha hecho que su producción se haya visto reducida y, por tanto, su precio haya subido. A todo esto, ahora hay que sumarle un nuevo traspiés a las sandías, una alerta alimentaria por haber detectado lotes procedentes de Marruecos con pesticidas por encima de los niveles permitidos.

Ha sido la Comisión Europea la que ha alertado de la presencia de metomilo, un plaguicida, por encima de los niveles autorizados después de que España, a través del Sistema comunitario de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (Rasff), diese aviso. Este pesticida puede desencadenar síntomas de intoxicación como pueden ser mareos y vómitos, dolores de cabeza, una mayor sudoración, e incluso visión borrosa.

La Unión Europea ha señalado como grave este problema en el nivel de riesgo tras indicar que el metomilo es “una sustancia que se usa como pesticida y que puede tener consecuencias graves en algunos casos”, además de que más allá de que se han interceptado, se desconoce si otras con el mismo problema han podido llegar a distribuirse y comercializarse por el territorio español. Por el momento la Comisión Europea no ha tomado medidas ante este hallazgo.

Desde los propios datos de la Comisión Europea, en 2022 se dieron 990 notificaciones relacionadas con restos de pesticidas por medio de Rasff, un 20% menos de los registrado en 2021.

Según un análisis del la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) de 2018, más del 41% de las frutas y verduras que se consumen en España tienen residuos de pesticidas y, de entre todas, en aquel momento se señaló que tanto las manzanas como los pimientos eran los principales afectados por la presencia de plaguicidas.