Una intoxicación se produce cuando una sustancia tóxica o nociva llega a nuestro cuerpo en una cantidad suficiente como para producir un daño en nuestro organismo. Es el caso de una mujer en Malasia, que murió hace un par de meses al comer un pez globo que su marido compró en una pescadería local. No obstante, no debemos confundir la intoxicación con una alergia, cuya reacción tiene lugar aunque el agente no sea dañino.
Las intoxicaciones pueden darse por exposición, ingestión, inyección o inhalación. Este último es el caso de las personas que fallecen o resultan heridas tras verse expuestas a una gran cantidad de humo en los incendios. La intoxicación más frecuente, según indica la compañía aseguradora Mapfre, es la voluntaria por ingesta de medicamentos, bebidas alcohólicas o sustancias estupefacientes.
Existen varios tipos de intoxicación atendiendo a la vía de entrada:
En los niños, los tóxicos más frecuentes son los productos de higiene doméstica, mientras que en los adultos resulta el abuso de alcohol. La doctora Anna García apunta que la gravedad de la intoxicación depende de varios factores como la toxicidad del producto, la vía de intoxicación, la dosis de tóxico, la edad, el peso de la víctima y el tiempo transcurrido.
Referente a esto último, a la duración de exposición, las intoxicaciones se catalogan como agudas o crónicas. Las agudas son las que su efecto queda patente antes de las 24 horas y las crónicas son las que suceden cuando se ha estado expuesto durante un tiempo prolongado y pueden dejar secuelas irreversibles.
Por último, destacar que una rápida actuación y a tiempo puede evitar males mayores e incluso la muerte. Si se sospecha de una intoxicación, hay que tomar medidas inmediatamente sin esperar a que surjan los primeros síntomas.
El teléfono del Instituto Nacional de Toxicología (91 562 04 20) está disponible las 24 horas del día durante todo el año. Además, atiende en español, vasco, catalán, inglés, gallego y valenciano.