Los Investigadores de Neurobiología de las Demencias del Instituto de Investigación de Sant Pau han averiguado cómo se mueven las proteínas tóxicas Tau por el cerebro a través de la sinapsis en el Alzheimer. Esto podía agilizar las investigaciones y dar respuestas a casos como el recientemente descubierto de la segunda persona en el mundo resistente a la enfermedad.
La revista “Neuron” ha publicado este avance que reforzaría la teoría de que podría tratarse si se consigue detener la propagación de la forma tóxica de la proteína Tau en las sinapsis. Pese a que ya se sabía hace 30 años que los ovillos se propagan, es una novedad conocer cómo se trasladaban de un lugar a otro en un cerebro con Alzheimer, una enfermedad que ha llegado a afectar a un joven de 19 años.
Esta investigación está coordinada por Alberto Lleó, un investigador del grupo de Neurobiología de las Demencias en Sant Pau, junto a la participación del Instituto de Química Avanzada de Cataluña y la Universidad de Edimburgo a través del proyecto europeo COEN financiado por el CIBERNED.
Alberto Lleó asegura que es la primera vez que se logra observar en cerebros humanos cómo estas formas se extienden por el cerebro a través de la sinapsis. Esto último entendido como los puntos de conexión entre las células cerebrales que permiten fluir los mensajes químicos y eléctricos, un proceso vital para la función cerebral normal.
Para llegar a este proceso, se examinaron más de un millón de sinapsis de 42 personas a través de nuevas técnicas con microscopios potentes y de alta resolución que permitían visualizar el flujo de proteínas dentro de la sinapsis.
Los investigadores se dieron cuenta que los oligómeros, pequeños depósitos de la proteína Tau, se encontraban en ambos lados de la sinapsis en personas fallecidas por la enfermedad. Esto significa que se encontraban tanto en las neuronas que envían señales como en las que reciben. Por lo tanto, la sinapsis es capaz de transmitir proteínas TAU tóxicas a ambos lados del cerebro.
“Este estudio demuestra cómo la microscopia de súper resolución, capaz de visualizar estructuras en la nanoescala, tiene mucho potencial en el estudio de los mecanismos moleculares implicados en las enfermedades", según Silvia Pujals, investigadora del IQAC-CSIC.
Alberto Lleó afirma que en el momento que se pueda “bloquear el paso de una neurona a otra de la forma más patológica de la proteína Tau, que son los oligómeros, seguramente podríamos detener la progresión de la enfermedad de Alzheimer, porque sabemos que la progresión de la enfermedad tiene que ver con la expansión de la proteína por el cerebro".
Cuando hablamos de sinapsis nos referimos a ese impulso nervioso que producen nuestras neuronas y que permite que se comuniquen entre ellas. ¿Cómo lo hacen? Pues a través de una descarga química que se traduce en una señal eléctrica que viaja por las redes neuronales a través de nuestro encéfalo. Cuando este impulso nervioso llega a sus dendritas salta a la otra neurona, a través de la sinapsis, mediante un intercambio de sustancias químicas: los neurotransmisores.
Hasta ahora, se han identificado más de 60 tipos de neurotransmisores que las neuronas emisoras liberan para mandar un mensaje a aquellas que son receptoras, las encargadas de interpretar. Una vez hecho, se transmite a la siguiente neurona lo recibido, según National Geographic.