¿Cuáles son los síntomas de una intoxicación con productos de limpieza?

Los productos de limpieza ocupan el segundo lugar en el ranking de intoxicaciones en España según el Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses, solo por detrás de la ingesta errónea de medicamentos. Esta situación se hizo más acusada a partir de la pandemia, momento en el que la preocupación por la limpieza llegó a límites nunca alcanzados.

No obstante, no es de extrañar que este tipo de productos suponga un peligro, especialmente para los niños, ya que sus componentes pueden resultar muy tóxicos. Tal y como expone la Asociación Española de Pediatría, los más habituales son “detergentes para el lavado de ropa, pastillas para el lavavajillas, lejías, limpiasuelos y ambientadores”, a lo que suman “pesticidas, insecticidas o productos para el mantenimiento de la casa o el jardín”.

Síntomas de intoxicación con productos de limpieza

Esta asociación también apunta que “los productos del hogar son la primera causa de intoxicación por ingesta no intencionada en los menores de dos años y la segunda en frecuencia, después de los medicamentos, en el global de las intoxicaciones infantiles”. No obstante, los más pequeños no son los únicos expuestos a una intoxicación producida por productos de limpieza

En caso de que se produzca, hay que poner atención a los principales síntomas. A continuación los exponemos, aunque hay que dejar claro que dependen tanto del producto como de la vía de exposición –no es lo mismo ingerirlos que olerlos, por ejemplo–:

  • En el caso de haber tragado alguna sustancia destinada a la limpieza, pueden aparecer irritaciones en la boca, dificultad para tragar, dolor de garganta, náuseas, dolor en el estómago y en el abdomen… Ante esta situación, hay que llamar a emergencias al 112 y esperar a que los especialistas realicen su trabajo. En ningún momento se debe provocar el vómito, ya que puede ocasionar nuevamente daño en la zona afectada y que incluso llegue al aparato respiratorio, lo que aumentaría el peligro. Tampoco hay que beber ni agua ni ningún otro líquido, pues no se sabe cómo reaccionará el producto de limpieza al contacto con otras sustancias.
  • Si una persona ha estado expuesta a los productos químicos por vía respiratoria, es probable que esa inhalación dé lugar a rinitis, tos, irritación tanto en la laringe como en la faringe y picor de ojos. En este escenario hay que ventilar la estancia y tomar una ducha. En caso de que los síntomas perduren, lo más adecuado será acudir a urgencias, pues la intoxicación podría ser severa.
  • Si los productos de limpieza se derraman y caen sobre la ropa y la piel de una persona, también pueden provocar una reacción o intoxicación cutánea, especialmente en los niños. Cuando eso suceda, es necesario quitarse la ropa y tomar un baño o una ducha hasta asegurarse de que la piel está limpia. Después, dependiendo de si la irritación no disminuye y sigue molestando, habrá que acudir al médico.

Como explica la Asociación Española de Pediatría, los niños menores de dos años son los más expuestos a las intoxicaciones por productos de limpieza, por lo que el principal consejo que dan cuando se produce un episodio de estas características es, ante todo, “mantener la tranquilidad” y actuar tal y como se ha expuesto anteriormente.

¿Qué productos de limpieza son más tóxicos?

Los productos de limpieza son indispensables para mantener la higiene y el orden en el hogar, pero algunos de ellos pueden contener sustancias químicas que resultan nocivas para la salud y el medio ambiente. Según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), los productos de limpieza más tóxicos y peligrosos son los siguientes:

  • Limpiadores para el WC: suelen contener ácidos, cloro y paradiclorobenceno, que pueden irritar la piel, los ojos, las vías respiratorias y el sistema nervioso, además de ser potencialmente cancerígenos. Una alternativa más segura es usar un limpiador de baño tradicional o vinagre blanco.
  • Limpiadores para el horno: suelen contener sosa cáustica, que es muy corrosiva y puede causar quemaduras graves en la piel, los ojos y las mucosas. Es recomendable limpiar el horno después de cada uso con agua y jabón o bicarbonato de sodio para evitar la acumulación de grasa.
  • Desatascadores químicos: suelen contener sosa cáustica o lejía, que son muy agresivos para las tuberías, las personas y el medio ambiente. Es preferible prevenir los atascos con un filtro en el desagüe o usar un desatascador manual con ventosa. Si se usa un producto químico, hay que seguir las instrucciones de seguridad y ventilar bien el espacio.
  • Desengrasantes: suelen contener disolventes butilo tóxicos, que pueden dañar al hígado, los riñones y el sistema nervioso central. Se pueden sustituir por productos naturales como el limón, el vinagre o el bicarbonato de sodio, que tienen propiedades desengrasantes y desinfectantes.
  • Anticales y limpiametales: suelen contener ácido clorhídrico o ácido muriático, que es muy corrosivo e irritante para cualquier tejido que entre en contacto con él. Puede provocar líquido en los pulmones y muerte por asfixia en casos extremos. Se pueden reemplazar por vinagre blanco o zumo de limón, que eliminan la cal y abrillantan los metales.
  • Aromatizantes: suelen contener EDTA, un contaminante orgánico persistente que puede causar asma, náuseas, irritaciones cutáneas, cambios de humor, depresión y pérdida de memoria. Es mejor optar por aromas naturales como las plantas aromáticas, los aceites esenciales o el bicarbonato de sodio.

Para evitar los riesgos de los productos de limpieza más tóxicos, es conveniente leer las etiquetas y los pictogramas de seguridad, usar guantes y mascarilla al manipularlos, guardarlos fuera del alcance de los niños y las mascotas, no mezclarlos entre sí y reciclarlos adecuadamente.