Cómo luchar contra los huevos de Toxocara, el parásito que está en uno de cada cinco parques de España
Una quinta parte de los lugares públicos del mundo están contaminados con huevos de Toxocara, que contiene 26 especies de nemátodos
Por desgracia, los parques públicos y los areneros son una importante fuente de infección por parásitos para los niños, ya que perros y gatos comparten áreas públicas con ellos
La ingestión humana de huevos embrionados a través de suelo contaminado, malas prácticas de higiene o verduras sin limpiar puede provocar toxocariasis
La llegada del buen tiempo invita a visitar parques y jardines públicos para realizar actividades de ocio. Por desgracia, los parques públicos y los areneros son una importante fuente de infección por parásitos para los niños, ya que perros y gatos comparten áreas públicas con ellos. Según varios estudios actuales, una quinta parte de los lugares públicos del mundo están contaminados con huevos de Toxocara, con tasas de prevalencia media que oscilan entre el 13 y el 35 %, según la zona geográfica.
En Europa la tasa de prevalencia media ronda el 18%, pero en la Península Ibérica, la prevalencia en los parques públicos varía entre el 16% en Madrid o el 37% en Tenerife, hasta alcanzar el 50% en Lisboa y el 67% en Murcia. Las zoonosis más prevalentes a nivel global, relacionadas con geohelmintos, son Toxocara spp., Ancylostoma spp. y Strongyloides spp., que son responsables de más de dos mil millones de infecciones en personas.
MÁS
El género Toxocara contiene 26 especies de nemátodos, incluidas dos especies, Toxocara canis y Toxocara cati, que son reconocidas cómo parásitos zoonóticos y que son los principales agentes causales de la toxocariasis humana, una infección que puede causar fiebre, tos, mialgias, anorexia, hepatoesplenomegalia, exantema, neumonitis, asma, alteraciones visuales, meningitis, vasculitis cerebral, encefalitis y también trastornos neurodegenerativos como convulsiones, demencia y déficits cognitivos.
Sin embargo, los impactos en la salud humana son extremadamente variables, y van desde una infección asintomática hasta un daño tisular severo causado por la migración de las larvas. Para los pacientes con síntomas moderados a graves, el tratamiento incluye la administración de albendazol o mebendazol durante varios días.
En las heces de perros y gatos
Los huéspedes definitivos de Toxocara spp. incluyen cánidos (Toxocara canis) y félidos (Toxocara cati), particularmente perros y gatos callejeros o domésticos que excretan los huevos del parásito por las heces. En el medio ambiente, los huevos completan su maduración. Los huevos que contienen larvas completamente desarrolladas son infecciosos para las personas y pueden transmitirse directamente al huésped humano por vía fecal-oral.
La ingestión humana de huevos embrionados a través de suelo contaminado, malas prácticas de higiene o verduras sin limpiar puede provocar toxocariasis. Después de la ingestión de un huevo embrionado, la larva del tercer estadio ingresa al torrente sanguíneo. Excava a través de los tejidos del cuerpo, donde los gusanos pueden acumularse en el ojo, el cerebro, el hígado o la piel, lo que provoca larva migrans visceral u ocular, ceguera, infección cerebral subclínica o infección encubierta que puede disminuir la cognición neurológica o provocar retrasos en el desarrollo.
Concienciación pública y civismo
Así, los lugares públicos, como playas, areneros, parques y juegos infantiles, que son espacios de esparcimiento y tránsito de animales callejeros o de mascotas, y también de humanos, juegan un papel importante en la transmisión de la infección por Toxocara. Por ello, la concienciación pública y el civismo individual es fundamental para mantener unas normas básicas que aminoren la carga de parásitos en los municipios.
Algunas de las más obvias son la recogida y retirada de los excrementos depositados por las mascotas en la vía pública y el empleo de los espacios habilitados para mascotas en parques y jardines.
Algunas medidas preventivas para evitar contraer la infección deben incluir varios aspectos obligatorios como son la desparasitación frecuente de las mascotas, evitar el contacto con tierra o arena contaminada con heces de animales o bien reducir el contacto al mínimo. Mantener los areneros domésticos cubiertos cuándo no estén en uso, eliminar las heces antes de que los huevos puedan embrionar, enterrar o embolsar las heces de los animales antes de que sean desechadas en la basura. Una higiene escrupulosa, lavar correctamente las manos después de manipular mascotas, suelo o arena y antes de ingerir alimentos, y alentar la educación pública al respecto, enseñando a los niños que es peligroso comer arena o tierra y aleccionando a los pequeños sobre la importancia de lavarse las manos para prevenir infecciones.