La cifra de afectados por el brote de botulismo ha aumentado a 67 casos, según ha informado el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés), todos ellos después de someterse a un tratamiento de pérdida de peso en, al menos, dos clínicas estéticas 'low-cost' de Turquía. Según han informado desde la organización, las autoridades turcas habrían clausurado ya los servicios de dos hospitales implicados en la propagación de la enfermedad. A su vez, también habrían abierto investigaciones para esclarecer lo sucedido.
En los últimos años, los retoques estéticos han bajado la edad media considerablemente, por ello, en países como en Inglaterra, se han visto obligados a prohibir el botox en menores. Tras estas intervenciones quirúrgicas en Turquía para perder peso, llamada inyección intragástrica de neurotoxina botulínica (botox), al menos 67 personas se habrían infectado con botulismo, de los cuales cincuenta y tres pertenecen a Turquía, doce a Alemania, uno a suiza y otro más a Austria. Todos ellos fueron intervenidos en las clínicas investigadas entre el 22 de febrero y el 1 de marzo.
Por ahora, solo se conoce que de los infectados, sesenta están relacionados con un hospital privado de Estambul, mientras que otros tres con un hospital privado de la ciudad turca de Esmirna. De los cuatro infectados restantes aún se desconoce el lugar de infección. Por el momento, en los dos centros reconocidos, se ha procedido a suspender "las actividades de los departamentos pertinentes de ambos hospitales y se han abierto investigaciones contra las partes implicadas".
Las primeras investigaciones, según recoge el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades, han revelado que los tratamientos de toxina botulínica utilizados en las intervenciones médicas estaban "autorizados", pero que estos productos "no están aprobados para el tratamiento de la obesidad mediante inyección intragástrica".
Sobre las razones detrás de estos casos, el ECDC apunta que "en este momento no está claro si este suceso representa un problema terapéutico o de procedimiento en los hospitales implicados, o si hay un problema con el producto administrado".
Por el momento, hay casos leves como graves, aunque ya se han producido varias hospitalizaciones e ingresos en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Los hospitalizados han recibido tratamiento con antitoxina botulínica.
La inyección de toxina botulínica intragástrica se utiliza en animales y humanos como un remedio contra la obesidad, aunque en España este método no está autorizado. Con esta intervención se busca retrasar el vaciamiento gástrico y la inducción de saciedad temprana, consiguiendo así una menor ingesta de comida y, por ende, pérdida de peso. Sin embargo, presenta más riesgos que otras operaciones para la pérdida de peso, ya que esta toxina en dosis altas es peligrosa.
Ante este riesgo, el ECDC ha pedido "encarecidamente" a los ciudadanos que eviten los tratamientos intragástricos con toxina botulínica contra la obesidad en Turquía, ya que "actualmente se asocian a un riesgo significativo de desarrollar botulismo".