La Unión Europea, publicaba este lunes una alerta sanitaria que informaba de la aparición de casos de botulismo en al menos catorce personas tras someterse a un tratamiento 'low-cost' para adelgazar en Estambul, Turquía. Pero, ¿qué es el botulismo?
Aunque es poco frecuente, el botulismo está presente en utensilios de nuestro día a día, como los instrumentos de cocina, que tras una mala higiene provoquen la contracción de la enfermedad. Esta afección, provocada por una toxina, ataca de forma muy grave a los nervios del organismo, incluso llegando a poner en riesgo tu vida. Desde la Clínica Mayo, señalan que este puede "ocurrir como resultado de la contaminación de los alimentos o de una herida". Siendo aún más grave cuando las esporas de la bacteria crecen en el intestino de un bebé.
Aunque generalmente ocurre tras una intoxicación alimenticia, también puede producirse el botulismo como resultado de bioterrorismo o de un tratamiento médico como el acontecido en Turquía, por lo que es precavido estar en alerta tras el aumento de casos de retoques estéticos que ha llevado a Inglaterra a prohibir el uso de botox en menores.
Los distintos casos de botulismo que aparecen con más frecuencia son:
Por último, aunque menos frecuente, también existe el botulismo iatrogénico, que ocurre cuando se inyecta demasiada cantidad de toxina botulínica (botox) por motivos cosméticos o médicos. Otro tipo poco frecuente de botulismo puede ocurrir por inhalación de toxinas. Esto puede suceder como resultado del bioterrorismo. Todos los tipos de botulismo pueden ser mortales y se consideran emergencias médicas.
Dependiendo de la forma de infección, el botulismo presenta diferentes síntomas. En el caso del botulismo alimentario, estos comienzan a manifestarse pasadas entre 12 a 36 horas de la ingesta de la toxina. Sin embargo, según la cantidad de toxina que consumiste, el inicio de los síntomas puede variar desde unas pocas horas hasta unos pocos días. En estos casos, los síntomas son: dificultad para tragar o para hablar, sequedad en la boca, debilidad facial en ambos lados del rostro, visión borrosa o visión doble, caída de los párpados, dificultad para respirar, náuseas, vómitos y calambres abdominales y parálisis.
Con respecto al botulismo por herida, los síntomas tales como: dificultad para tragar o para hablar, debilidad facial en ambos lados del rostro, visión borrosa o doble, párpados caídos, dificultad para respirar, parálisis y, en ocasiones, fiebre, no suelen aparecen hasta 10 días después de que la toxina ingrese en el cuerpo.
En los bebés, los síntomas comienzan a manifestarse entre 18 y 36 horas, con dolencias como estreñimiento, movimientos desmadejados debidos a la debilidad muscular y a problemas para controlar la cabeza, llanto débil, irritabilidad, babeo, caída de los párpados, cansancio, problemas para succionar o alimentarse, parálisis.
El botulismo, provocado por una mala praxis médica, manifiesta efectos secundarios graves, entre los que se encuentran: dolor de cabeza, parálisis facial y debilidad muscular.
En caso de sospechas de una posible infección de botulismo, hay que buscar asistencia médica de inmediato, ya que un tratamiento precoz aumenta las probabilidades de supervivencia, disminuyendo el riesgo de sufrir complicaciones. Por ahora, la forma más efectiva de contraatacar al botulismo es a través de un fármaco denominado antitoxina, cuyo fin es evitar que la toxina provoque más daños a los nervios del cuerpo, pero no puede sanar el daño ya causado.