{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
El miércoles fue un tema recurrente en más de una oficina. "La semana laboral de cuatro días funciona". Así lo puso de manifiesto el estudio realizado por la Universidad de Cambridge. Entonces, ¿qué empresas podrían acogerse a ese modelo? ¿Podría ser la mía una de ellas?
Depende del sector, apunta Consuelo Prieto, socia de Kearney. Lo fundamental, asegura la consultora, es que los números cuadren. En el Reino Unido lo han hecho. Han implementado una jornada de cuatro días con el mismo salario y la misma productividad, pero con la mitad de bajas por enfermedad y de bajas por cambio de empresa.
Las nuevas generaciones, desde luego, valoran más el tiempo libre y todo tiende a esa dirección, explica Consuelo Prieto. “Si se equilibra bien, es un modelo que puede funcionar, lo que es absurdo son las jornadas larguísimas en las que no se tiene nada que hacer, pero se permanece en la silla, eso afortunadamente ocurre cada vez menos”, asevera la experta
A priori, las empresas en las que se trabaja a turnos son las que más fácil lo tienen. En el sector servicios de grandes compañías, como bancos o aseguradoras, tampoco costaría demasiado cuadrar las cuentas, apuntan los especialistas. Donde podría parecer más complicado es para las medianas o pequeñas empreas. Para las pymes, en 2022 el Ministerio de Industria aprobó un paquete de ayudas de 10 millones de euros dirigidos al desarrollo de proyectos piloto con los que reducir la jornada laboral a 4 días a la semana.
En 4 Day Week, una plataforma con presencia en distintos países, entre ellos el Reino Unido donde se ha llevado a cabo el estudio, consideran "sin duda" que reducir un día la semana laboral es perfectamente válido para pequeñas y medianas empresas. De hecho, destacan fuentes de la organización, buena parte de las compañías que ya han incorporado la semana de cuatro días de trabajo en España son pymes.
Es el caso de Software Delsol, la primera empresa española que adoptó la jornada laboral de cuatro días y que, tres años después, no tiene ninguna intención de dar marcha atrás. La compañía, con sede en la provincia de Jaén, tiene más de 190 trabajadores y vio los beneficios desde el primer año:
“Todo el mundo quiere trabajar aquí”, aseguran. La encuesta de satisfacción de clientes y de trabajadores ha ido creciendo con el tiempo, porque los empleados de cara al público también libran tres días a la semana, pero con turnos rotatorios, para no dejar desatendida la empresa ni al cliente. En el caso de Software Delsol, para lograr implementar el modelo de cuatro días tuvieron que invertir en un incremento de plantilla y en la compra de equipos, pero, esa inversión revierte en el bienestar de los trabajadores y genera beneficio, indican fuentes de la empresa a NIUS.
¿Se podría implementar este modelo en otros negocios como por ejemplo un bar o restaurante? Ya hay ejemplos de ello como el de La Francachela, un negocio con tres restaurantes en Madrid. Tras el confinamiento, sus fundadoras pensaron en cómo aplicar esa reducción. El resultado es que con una “pequeña reestructuración en el negocio” han logrado que sus más de 50 empleados libren tres días seguidos a la semana. Ninguno hace más de 35 horas semanales. “No solo nos salen las cuentas, sino que ahora somos más rentables”, asegura María.
“La semana laboral de cuatro días no solo es posible, sino que es la transformación que necesita nuestra economía”, subraya 4 Day Week España. Es la premisa de la que parte este movimiento con cada vez más defensores. De hecho, la mayoría de empresas que han probado este modelo o lo han prorrogado o lo han adoptado de modo definitivo en sus convenios.
Puede ser un valor añadido para la empresa hacer ver que se es productivo, los trabajadores están contentos y la calidad del servicio sigue siendo la misma, considera la consultora Consuelo Prieto. Cada vez son más los empresarios que se deciden a dar el paso, aunque todavía hoy existen muchas reticencias y miedo, aseguran desde 4 Day Week España. "Porque todo cambio de paradigma, todo cambio cultural, genera rechazo, aunque está claro que la relación con el trabajo ha cambiado y hay que adaptarse a ello", subrayan.