La lucha contra el cáncer tiene una de sus principales batallas en el campo de la alimentación. Numerosos estudios científicos coinciden en la necesidad de mantener hábitos alimenticios saludables lo que significa huir de ultraprocesados al tiempo que se potencia en nuestra dieta diaria las verduras, vegetales y legumbres. Los productos orgánicos aglutinan estas características, al tiempo que evitan la acumulación de sustancias químicas en nuestros organismos.
En torno a la celebración del Día Mundial contra el Cáncer que tiene lugar este sábado 4 de febrero, hemos conocido un nuevo estudio que vuelve a relacionar la ingesta de alimentos ultraprocesados con un mayor riesgo de desarrollar y morir de cáncer.
Los investigadores de la Escuela de Salud Pública del Imperial College de Londres en un trabajo publicado en la revista 'EClinicalMedicine' dan a conocer la evaluación más completa hasta la fecha de la relación entre los alimentos ultraprocesados y el riesgo de desarrollar cáncer. Los alimentos ultraprocesados son aquellos que han sido muy procesados durante su producción, como las bebidas gaseosas, los panes envasados en serie, muchos platos precocinados y la mayoría de los cereales de desayuno.
Los alimentos ultraprocesados suelen ser relativamente baratos, cómodos y se comercializan mucho, a menudo como opciones saludables, pero también suelen tener más sal, grasa y azúcar, y contienen aditivos artificiales. Está bien documentado que están relacionados con una serie de problemas de salud, como la obesidad, la diabetes de tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares.
El primer estudio británico de este tipo utilizó los registros del Biobanco del Reino Unido para recopilar información sobre las dietas de 200.000 participantes adultos de mediana edad. Los investigadores hicieron un seguimiento de la salud de los participantes durante un periodo de 10 años, analizando el riesgo de desarrollar cualquier tipo de cáncer en general, así como el riesgo específico de desarrollar 34 tipos de cáncer. También analizaron el riesgo de muerte por cáncer.
El estudio descubrió que un mayor consumo de alimentos ultraprocesados se asociaba con un mayor riesgo de desarrollar cáncer en general, y específicamente con los cánceres de ovario y de cerebro. También se asoció a un mayor riesgo de morir de cáncer, sobre todo de ovario y mama.
Por cada 10 % más de alimentos ultraprocesados en la dieta de una persona, aumentaba la incidencia de cáncer en un 2% en general y en un 19% en el caso concreto del cáncer de ovario.
Cada aumento del 10% en el consumo de alimentos ultraprocesados también se asoció con un aumento de la mortalidad por cáncer en general del 6%, junto con un aumento del 16% para el cáncer de mama y un aumento del 30% para el cáncer de ovario. Estos vínculos se mantuvieron tras ajustar una serie de factores socioeconómicos, conductuales y dietéticos, como el hábito de fumar, la actividad física y el índice de masa corporal (IMC).
El equipo del Imperial llevó a cabo el estudio, en colaboración con investigadores del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (CIIC), la Universidad de São Paulo y la Universidad NOVA de Lisboa.
Investigaciones anteriores del equipo informaron de los niveles de consumo de alimentos ultraprocesados en el Reino Unido, que son los más altos de Europa tanto en adultos como en niños. El equipo también descubrió que un mayor consumo de alimentos ultraprocesados se asociaba a un mayor riesgo de desarrollar obesidad y diabetes de tipo 2 en los adultos del Reino Unido, y a un mayor aumento de peso en los niños británicos desde la infancia hasta la edad adulta temprana.
La doctora Eszter Vamos, autora principal del estudio, de la Escuela de Salud Pública del Imperial College de Londres, destaca que "este estudio se suma a las crecientes pruebas de que los alimentos ultraprocesados pueden afectar negativamente a nuestra salud, incluido el riesgo de cáncer. Dados los altos niveles de consumo en adultos y niños del Reino Unido, esto tiene importantes implicaciones para la salud en el futuro", añade.
"Aunque nuestro estudio no puede demostrar la causalidad, otros datos disponibles indican que reducir los alimentos ultraprocesados en nuestra dieta podría aportar importantes beneficios para la salud --prosigue--. Se necesita más investigación para confirmar estos hallazgos y comprender las mejores estrategias de salud pública para reducir la presencia generalizada y los daños de los alimentos ultraprocesados en nuestra dieta".
Por su parte, la doctora Kiara Chang, primera autora del estudio, de la Escuela de Salud Pública del Imperial College de Londres, explica que "la persona media en el Reino Unido consume más de la mitad de su ingesta diaria de energía a partir de alimentos ultraprocesados. Esta cifra es excepcionalmente alta y preocupante --advierte--, ya que los alimentos ultraprocesados se producen con ingredientes de origen industrial y a menudo utilizan aditivos alimentarios para ajustar el color, el sabor, la consistencia, la textura o prolongar la vida útil".
"Es posible que nuestro organismo no reaccione de la misma manera a estos ingredientes y aditivos ultraprocesados que a los alimentos frescos y nutritivos mínimamente procesados --continúa--. Sin embargo, los alimentos ultraprocesados están por todas partes y se comercializan con precios baratos y envases atractivos para fomentar su consumo. Esto demuestra que nuestro entorno alimentario necesita una reforma urgente para proteger a la población de los alimentos ultraprocesados".
La Organización Mundial de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación han recomendado anteriormente restringir los alimentos ultraprocesados como parte de una dieta sana y sostenible.
Se están realizando esfuerzos para reducir el consumo de alimentos ultraprocesados en todo el mundo, y países como Brasil, Francia y Canadá han actualizado sus directrices dietéticas nacionales con recomendaciones para limitar este tipo de alimentos. Brasil también ha prohibido la comercialización de alimentos ultraprocesados en las escuelas. En el Reino Unido no existen actualmente medidas similares para hacer frente a los alimentos ultraprocesados.
"Necesitamos etiquetas de advertencia claras en la parte frontal de los envases de los alimentos ultraprocesados para ayudar a los consumidores a elegir, y nuestro impuesto sobre el azúcar debería ampliarse para incluir las bebidas gaseosas ultraprocesadas, las bebidas a base de fruta y leche, así como otros productos ultraprocesados", sugiere la doctora Chang.
"Los hogares con rentas más bajas son especialmente vulnerables a estos alimentos ultraprocesados baratos y poco saludables --recuerda--. Las comidas mínimamente procesadas y recién preparadas deberían subvencionarse para garantizar que todo el mundo tenga acceso a opciones sanas, nutritivas y asequibles".
Los investigadores señalan que su estudio es observacional, por lo que no muestra una relación causal entre los alimentos ultraprocesados y el cáncer y añaden que se necesitan más estudios en este campo para establecer una relación causal.