Una de las principales características del sistema sanitario público, tocado por los recortes de 2008 de los que aún no se ha recuperado, son sus enormes desigualdades territoriales. España se gasta en sanidad pública por habitante 1.907 euros, un total de 90.317 millones, el 8 % del PIB, según la última Estadística de Gasto Sanitario Público correspondiente a 2020. De media, las comunidades desembolsan 1.638 euros por cada ciudadano; pero mientras el País Vasco dedica 1.948, Andalucía lo reduce a 1.398. No es la andaluza la que menos destina respecto a su PIB: si la media de las comunidades es del 6,9 %, solo una se sitúa casi dos puntos por debajo: Madrid, con un 4,7 % (1.497 euros). La siguiente de la cola es La Rioja, con un 6,2 %. Y la perspectiva no va a ser mejor, porque el número de enfermos crónicos puede duplicarse de cara a 2030. No parece que no existan motivos para salir a la calle y dar la voz de alerta.

En 2020, un 43,4 por ciento del gasto sanitario público se destinó a cubrir las remuneraciones de los trabajadores del sector. Le siguen en importancia los gastos en consumo intermedio, con un 27,9 por ciento, los gastos en trasferencias corrientes, que suponen un 15,5 por ciento, y los gastos en compras al sector privado a través de conciertos, que representan un 10,0 por ciento del gasto sanitario público

De acuerdo con los datos del año 2020, un 45,8 por ciento del gasto sanitario público del sector ha sido originado por tres comunidades autónomas: Cataluña, Andalucía y la Comunidad de Madrid, con 13.473, 11.858 y 10.077 millones de euros, respectivamente. La Rioja, Cantabria y la Comunidad Foral de Navarra son las comunidades con el gasto más bajo, en valores absolutos.

En relación a su población, en 2020, las comunidades con mayor gasto sanitario público son el País Vasco (1.948 euros por habitante), el Principado de Asturias (1.892 euros por habitante) y Castilla y León (1.863 euros por habitante). Las comunidades con menor gasto sanitario público son Andalucía (1.398 euros por habitante), la Comunidad de Madrid (1.491 euros por habitante) y las Illes Balears (1.577 euros por habitante).

Extremadura —con un 9,7 por ciento—, Canarias —con un 9,3 por ciento— y el Principado de Asturias y la Región de Murcia —ambas con un 8,9 por ciento— son las comunidades que presentaron en el año 2020 un porcentaje del gasto sanitario sobre el PIB más elevado. La Comunidad de Madrid —con un 4,7 por ciento—, La Rioja —con un 6,2 por ciento— y Cataluña y la Comunidad Foral de Navarra —ambas con un 6,3 por ciento— se situaron en el extremo opuesto.

En términos de gasto total, que incluye la inversión (gastos de capital), el sector Comunidades Autónomas experimentó un aumento del 10,8 por ciento. Las comunidades que más incrementaron su gasto fueron Cataluña, un 16,8 por ciento, Castilla-La Mancha, un 12,8 por ciento, y la Comunidad de Madrid, un 12,4 por ciento. Las comunidades que menos incrementaron su gasto fueron el País Vasco, un 4,4 por ciento, La Rioja, un 5,0 por ciento, y Extremadura, un 5,2 por ciento. 

La contribución del gasto en servicios primarios de salud al total del gasto sanitario público consolidado de la comunidad autónoma osciló entre el 10,7 por ciento de la Comunidad de Madrid y el 17,7 por ciento de Andalucía.

Las listas de espera es otro elemento a destacar. Más de 700.000 personas están esperando para operarse. Aragón es la comunidad donde más tienen que esperar, con 183 días de media. Después llega Cataluña con 156 días y Navarra con 146. En el otro extremo de la tabla tenemos a Melilla, País Vasco y la Comunidad de Madrid. Estas son las autonomías donde menos hay que esperar para poder someterse a una operación.73, 71 y 40 días respectivamente.