Todos, o la inmensa mayoría de los ciudadanos, hemos escuchado el sonido de un mosquito cuando intentábamos dormir. Una incómoda sensación que nos desvela y que nos hace buscar soluciones para conciliar el sueño. Muchos se preguntan por qué algunas personas los sufren más que otras, y hay datos sobre ello: un nuevo estudio ha determinado que algunos realmente son "imánes" para estos insectos y probablemente tenga que ver con el olor de su cuerpo.
El estudio, realizado por científicos de la Universidad Rockefeller de Nueva York (EEUU), se ha publicado este martes en la revista 'Cell'. Su conclusión es que el olor corporal es lo que guía a los mosquitos a acudir a determinadas personas, pero no cualquiera, sino a aquellos que desprenden el ácido carboxílico de la piel. Algunos subtipos de este tipo de compuesto son el ácido urónico, el ácido láctico o los ácidos que segrega el cuerpo humano a través del sudor.
Si tienes altos niveles de esta sustancia en la piel, serás el objetivo perfecto, según los investigadores. Robin Chemers Neustein, profesor de la Universidad Rockefeller y director científico del Instituto Médico Howard Hughes, ha subrayado en este sentido que "existe una asociación muy fuerte entre tener grandes cantidades de estos ácidos grasos en la piel y ser un imán para los mosquitos".
Para llevar a cabo el estudio, los investigadores pidieron la colaboración de 64 voluntarios de la universidad y sus alrededores, aunque se inició con tan solo ocho personas. Con el tiempo se sumaron más muestras. El procedimiento fue el siguiente: cada seis horas diarias, los sujetos debían llevar una media de nailon alrededor del antebrazo con el objetivo de que se quedaran impregnadas las diferentes moléculas -el olor- de la piel.
El siguiente paso fue liberar a los mosquitos (de la especie Aedes aegypti) para que eligieran entre las distintas medias, para ver cuáles eran sus favoritas. Los sujetos no recibieron picadura, ya que se colocó un tubo largo. Así, gracias a los más de 2.000 test que se realizaron, los investigadores han podido certificar que es el olor de estos ácidos lo que incita a estos insectos a la hora de escoger víctimas.
No obstante, en el estudio también se determinó que todos los ácidos carboxílicos no resultan igual de atractivos para los mosquitos. Dentro de esta categoría, según la investigación, los que más atraían a los insectos fueron los ácidos pentadecanoico, heptadecanoico y nonadecanoico. El ácido láctico, que se encuentra en el sudor, también obtuvo una gran respuesta de atracción. La investigación, además, podría ayudar a encontrar nuevos métodos de prevención, como la creación de repelentes más efectivos.