El 12 de octubre ha dejado anécdotas para rato. Entre ellas el largo besamanos, con cuatro pausas incluidas para 'hidratarse', que se produjo tras el desfile, en la recepción del Palacio Real. De punta en blanco y con sus característicos salones, la Reina Letizia confesó a los periodistas que estaban cubriendo el evento que a su conocida metatarsalgia, ahora le han diagnosticado un neuroma de Morton, que le afecta a los pies y por el que no debería llevar tacones. Te contamos en qué consiste esta enfermedad.

Se trata de un engrosamiento del tejido de los nervios del pie, que provoca crisis muy dolorosas. Suele pasar en uno de los pies, en su caso en el izquierdo y es operable. Afecta al metatarso, normalmente entre el tercero y cuarto dedo del pie y la sensación es como la de tener una piedra en el zapato que no puedes quitarte.

Los expertos asocian esta dolencia al uso de zapatos de tacón alto o muy apretados, por lo que la recomendación es evitar calzado de punta y preferiblemente llevar planos. La solución es complicada. Pasa por aplicar inyecciones de corticosteroides y, en los casos más graves, someter al paciente a una cirugía, algo que de momento no le han recomendado a Letizia ya que no en todos los casos se consigue el resultado esperado.

Por lo general, no produce ningún síntoma que se pueda ver a simple vista, pero sí que causa hormigueo o entumecimiento en los dedos del pie y un dolor profundo en la parte anterior del pie que puede irradiarse hacia los dedos del pie. Es relativamente frecuente en personas que tienen juanetes, dedo martillo, pie cavo o pie plano. También en aquellas que realizan deportes de alto impacto o que requieren un calzado compresor, como por ejemplo las botas de esquí o de alta montaña.

Si dejar de llevar tacones no es una opción, como es el caso de la Reina, rebajar la altura de los mismos es una buena alternativa para no sufrir tanto. Una forma de conseguirlo es añadirle una pequeña plataforma a la zona delantera. Este es uno de los trucos que más seguidos por la monarca, porque, además, es casi imperceptible.

A esta patología hay que sumarle otra, la metatarsalgia de la que ya había sido diagnosticada. Este problema produce dolor e inflamación en la zona media de la planta del pie. Pese a no ser algo grave, sí puede terminar afectando mucho al día a día. Aplicar hielo en la zona afectada, descansar y llevar plantillas que absorban los impactos suelen mejorar muchísimo los síntomas.