Una vez a la semana, Katia se presenta con su guitarra en la unidad de hemodiálisis del madrileño Hospital de la Paz. Son 'Músicos por la Salud' y atienden cada una de sus peticiones. Y sus ojos lo dicen todo. Carmen pasa muchas horas a la semana aquí tumbada. Es evidente que la música toca la fibra a todos, tanto a pacientes como a personal sanitario, e incluso a la propia Katia. Y está comprobado que la musicoterapia ayuda a las pacientes con cáncer de mama y mejora la depresión y la ansiedad en personas con demencia.
Un baño sonoro que divierte, anima y despierta las emociones de toda la sala. La música es ilusión, compañía, cercanía y recuerdos. Es la felicidad que 'Músicos por la Salud' despliega ya por más de 300 hospitales y centros sociosanitarios para reivindicar el poder sanador de la música. Es, simple y llanamente, la magia de la música en directo.