En 2022, los asesinatos protagonizados por pandilleros de la Comunidad de Madrid han triplicado los registrados en 2021. Hasta el momento, hay seis víctimas mortales, la última hace apenas dos días en el municipio de Fuenlabrada, al sur de la capital. ¿Qué explica este incremento de la violencia callejera? ¿Qué ofrecen estas bandas para conseguir la adhesión de los jóvenes? La psicóloga Lara Ferreiro ofrece las claves en esta entrevista para Uppers.

¿Tienen algo que ver la estructura de estas mafias con la de las sectas?

Son estructuras piramidales en las que hay un líder, una jerarquía, con una personalidad fuerte y una oratoria magnética que engancha. Es el líder con autoridad y lidera sobre un grupo totalizante en el que tu vida es la mafia o la secta. Fuera, no hay nada más allá. Son regímenes dictatoriales que controlan las actividades exteriores de sus miembros. La motivación puede ser económica o de tiempo. Es muy importante que haya prescriptores para que los miembros crezcan.

¿Qué tipos de perfiles son los más frecuentes?

Son jóvenes idealistas, en muchos casos obsesivos e insatisfechos. Son personas que tienen un sentimiento de soledad muy alto y tienen necesidad de formar parte del grupo. Las sectas siempre van a por individuos muy jóvenes o personas de 40 adictas o con traumas profundos de la infancia. La crisis de mediana edad puede influir. Los jóvenes son ideales para estas organizaciones porque si hay delitos, no va a haber consecuencias legales si eres menor de edad.

¿Qué señales hay de que tu hijo está en peligro?

De repente, es otra persona. Cuando tu hijo está distinto, no te cuenta nada, te oculta información, ves algo raro... Son factores clave. A veces le obsesiona el tema y empieza a ocultar información. En casos así, hay que rastrear su habitación para ver si tiene papeles, panfletos o cualquier cosa relevante.

¿Puede haber cambios de costumbres?

Pueden ser más agresivos y tener cambios de conducta. Cuando ves que tu hijo está más agresivo, eso es un síntoma. También hay que notar si cambia su forma de vestir y su forma de hablar. Le miras y le ves en el espejo y parece otra persona. En cuanto a su forma de ocio, prioriza salir con esos desconocidos en vez de con los amigos de siempre. Esos nuevos amigos son muy recientes, no lleva tanto tiempo con ellos, y tienen mucha intimidad, es como si fueran de la familia. Aunque se lo preguntes, nunca va a reconocer que está cambiando, va a rehuir cualquier pregunta que le hagas.

¿Qué importancia tiene el universo online?

Va a pasar mucho tiempo en internet, alabando a la secta y buscando cosas sobre ella. Pero lo más importante es que donde antes había soledad, ahora va a haber pertenencia a un grupo, a una mafia.

¿Qué sentimientos pueden ir asociados a este estado?

La culpa y el miedo. La culpa o el miedo por abandonar el grupo es otro síntoma claro. Tanto la culpa como el miedo son armas muy poderosas de adicción psicológica que sirven para anular la capacidad crítica.

¿Qué es lo que pueden hacer los padres?

La banda pretende sustituir a los padres o a los amigos de las víctimas. Ahí es muy importante que los padres estén pendientes porque, a través de la violencia y de la manipulación psicológica, los jóvenes pueden estar anulados contra su propia voluntad. Hay que estar especialmente vigilantes ante cualquier circunstancia rara. Muchas veces estas bandas exigen lo que llaman 'derramar sangre' para entrar o para salir. Se trata de una iniciación para comprobar que esa persona 'merece' estar en la banda. Hasta ahí llega la perversión. Por eso, a veces, ordenan hacer algún tipo de delito o incluso un delito de sangre.

¿Qué ofrecen estas mafias para que a algunas personas les resulte tentador entrar?

Prestigio e identidad, una asistencia estructurada en la que ejercen poder.

¿Qué aconsejas si nuestros hijos están en una situación así?

Actuar lo antes posible e ir al psicólogo. Ante cualquier señal, hay que actuar de inmediato porque salir de una secta o de una mafia es muy, muy complicado.