Registran las propiedades del sospechoso del triple crimen de Burgos
La policía registra la vivienda de Ángel Ruiz. El sospechoso se muestra colaborador. Esposado va llevando a los agentes por toda la propiedad. Han tirado hasta paredes abajo en la casa. En la cabaña sacan enseres provistos de cascos y en el terreno que hay delante han hecho catas. Buscan algo muy concreto.
Está en el punto de mira por el triple crimen de Burgos. Fuma el mismo tabaco que el asesino. La hoja de un cuchillo encontrado en su cocina es compatible con las heridas y lesiones halladas en los cadáveres del matrimonio Barrio y su hijo Alvaro. Fueron asesinados hace 13 años y las sospechas siempre recayeron sobre el hijo mayor. Rodrigo Barrio estaba en un colegio interno pero la policía le acusó de haber matado a sus padres y a su hermano pequeño que aterrorizado se escondió. Una huella de zapatilla coincidía pero nunca se demostró. Rodrigo, detenido y puesto en libertad, tuvo que rehacer su vida fuera de Burgos.
Mientras tanto Ángel Ruiz dejaba cuentas pendientes con la justicia. Conocía al patriarca de los Barrio del pueblo, La Parte de Bureba. Tras los asesinatos les insulto con una pintada en su panteón. Le impusieron 5 meses de condena. Le imputaron por la muerte de un vecino de nacionalidad búlgara desaparecido y buscaron el cadáver en su casa. Poco después le condenaron por atropellar a otra vecina. Su perfil violento les puso sobre aviso y en uno de esos registros descubrieron las llaves de todas las casas del pueblo. Podría tener la de la vivienda de Burgos en la que fue asesinada la familia Barrio.