Una prótesis con mucho amor para Conchi
A Fulgencio Bermejo, profesor de sistemas electrónicos en el IES El Palmeral de Orihuela, se le llenan los ojos de lágrimas al recordar la expresión de felicidad y asombro de una niña de 9 años cuando por primera vez, pudo agarrar un objeto con su mano izquierda. Conchi había nacido con una malformación de esa extremidad, pero ahora tenía una prótesis articulada, en rosa y rojo, sus colores preferidos. Un regalo que Fulgencio y Jose Ramón Cayuelas, profesor del colegio Diocesano San José Obrero, de la misma localidad alicantina, le habían fabricado.
El punto de partida para "el brazo de Conchi fue un proyecto de innovación en el que participaban numerosos centros de España. El instituto del que es docente Bermejo, había colaborado en el diseño de la primera prótesis impresa en 3D, para un niño llamado Unai, en el País Vasco. Un proyecto a través del programa "Enable the future", una comunidad que, a través de internet, comparten diseños y modelos de prótesis para imprimirlas en 3D. La madre de Conchi vió a través de la televisión la noticia y se puso en contacto con los responsables de la prótesis del niño vasco y ellos le dieron el contacto de Fulgencio Bermejo.
Con el escáner del brazo de Conchi empezaron los diseños de la prótesis: 14 piezas hechas en una impresora 3D del instituto, con plástico derivado del algodón. Y material flexible para actuar de tendones, además de piel sintética para mejorar el agarre de la palma y los dedos. Una tarea en la que los dos profesores, han tenido colaboración de otros colegas, de alumnos y hasta de una ortopedia de Orihuela. Muchas horas y muchos trabajo, pero también mucha generosidad y mucho cariño para Conchi, que está feliz "Puedo agarrar cosas y escribir. El otro día en el colegio cogí un lápiz y me puse a hacer rayajos", dice con una sonrisa que casi no le cabe en la cara.
La prótesis articulada de Conchi es, dicen quienes la han desarrollado es 1.0. Pero ya trabajan en perfeccionarla. En lograr que tenga mayor recisión en el agarre. Cayuelas está convencido de que algún día será Conchi quien pueda impirmir por sí misma en 3D sus propias prótesis.