Quién les iba a decir a los dos mil habitantes de un pequeño pueblo zaragozano que su iglesia parroquial, del siglo XV, iba albergar el primer museo en España dedicado a quince momias, expuestas en un perfecto estado de conservación. Algunas mantienen hasta los globos oculares, un pelo que parece de peluquería, y los trajes, los hábitos o los zapatos con la que fueron enterradas hace más de 200 años.
Jesús Morales, Alcalde de Quinto (Zaragoza), nos dice que "se descubren haciendo unas catas arqueológicas dentro del propio edificio, y esos enterramientos hay que sacarlos de los lugares donde se han hecho esas catas para poder pasar los conductos de la ventilación y la iluminación".
Expuestas hay 15, pero en los agujeros donde se llevaron a cabo los trabajos arqueológicos, se encontraron 1.000 más. Sorprende que la mayoría de ellos sean niños y niñas, Antonio Jarviel, colaborador en temas históricos dice que "eran años de mucha mortalidad infantil, los niños eran una sección muy débil de la sociedad y entonces morían con mucha facilidad". Su excepcional grado de conservación, lo que hace que "casi, si te descuidas, te hablan de lo bien conservadas que están" nos destaca Mercedes González, presidenta del Instituto de Estudios Científicos y Expertos en Momias.
Unas momias que han puesto a Quinto en el mapa al que llegan visitantes de todo el mundo.