Un balcón y mucho mimo: cómo preparar tu minihuerto urbano para este otoño
Ton Vilanova
18/09/201610:05 h.Cada día son más los urbanitas que apuestan por cultivar sus propias verduras y hortalizas y no bajar al supermercado a por ellas. Además de mucho más baratas y sanas, tienen mucho más sabor, ya que han sido recolectadas en el momento exacto para ser consumidas y no tienen que estar en cámaras frigoríficas.
Cosecha de otoño
Después de el verano, la estación más productiva de los huertos urbanos, hay que ir pensando en los cultivos de la nueva temporada. A todos nos encantaría comer tomates naturales en enero, pero esto no es posible porque cada planta tiene su estación y lo más natural es respetarlo.
Quizás los tomates sean complicados pero tenemos otras muchas verduras y hortalizas que resisten estupendamente el frío y la humedad y que van a dar alegría a nuestro minihuerto urbano. Por ejemplo, podemos plantar lechugas, escarolas, rúcula, canónigos o espinacas, con las que hacernos ensaladas de lo más naturales. Lo bueno de este tipo de plantas es que no requieren mucho espacio e incluso se pueden poner de forma escalonada para ir consumiendo poco a poco.
En el terreno de las verduras, la coliflor, el repollo, el brócoli, el acelga y las habas son perfecta para el otoño. En el caso de la coliflor, el brócoli y el repollo, debes de tener en cuenta que se pueden hacer de gran tamaño, así que deja bastante espacio entre ellas para que crezcan a placer. Los ajos, las cebollas, las zanahorias, las berenjenas, los puerros, los rábanos, los nabos… son algunas de las hortalizas más características de los meses fríos del año e ideales para tener en tu huerto.
Pensar antes de recolectar
Parece una obviedad pero es muy importante que antes de plantearnos un huerto urbano tengamos muy claro donde lo vamos a poner. Necesitamos un sitio con luz directa del sol, entre 5 y ocho horas, que esté protegido del tiempo y que sea de fácil acceso a una fuente de agua.
En un balcón pueden caber muchas macetas, pero tampoco hace falta que parezca una selva. La organización es clave: compra tiestos altos y con formas rectas, en lugar de curvas, para tener más plantas en un espacio reducido. Aprovecha las paredes y el enrejado para poner más tiestos, siempre de barro, ya que conservan mucho mejor la temperatura de la tierra y son mucho más ecológicos.
La tierra debe ser de calidad, tened en cuenta que va a ser el alimento de los que serán nuestros propios alimentos en un futuro. No todos los estratos de jardinería sirven, sobre todo debes descartar los que son para flores, ya que sus composiciones no son las adecuadas para la horticultura. Busca en tu tienda de jardinería habitual tierras con un PH (factor de acidez) entre 6 y 7, el ideal para el cultivo de hortalizas, que tenga una porosidad alta para que favorezca el crecimiento de la raíces, que sea ligero para no sobresaturar el peso de nuestro huerto y que haya sido enriquecido con fertilizantes naturales.
A la rica ensalada de lechuga, cebolla y zanahoria sin bajar al mercado
Comenzamos por la lechuga. Septiembre es un buen momento para plantar lechugas porque no hay riesgo de que se espiguen rápidamente como pasa en verano. Podemos plantar varias remesas para que tengamos lechuga durante más tiempo. Primero se siembran las semillas en un sementero, que puede ser comprado o usando los envases de los yogures. Estos sementeros deben estar siempre húmedos y cuando las plantas tengan unos 10 centímetros, se trasplantan a las macetas donde crecerán. Debes dejar unos 20 centímetros entre ellas para que tengan suficiente espacio. La lechuga crece perfectamente hasta en lugares sombreados.
Las zanahorias requiere un suelo constantemente húmedo y que sea muy desmenuzable y siempre se debe sembrar de forma directa, sin trasplantarla. Se siembra a unos 8 centímetros unas de otras y una vez que empiecen a crecer se deben eliminar las plántulas que veamos más débiles. Su cultivo soporta bien las bajas temperaturas e incluso las heladas. Aproximadamente 90 días después de la siembra podemos consumir una zanahoria con un sabor totalmente increíble.
La cebolla es uno de los cultivos más sencillos ya que tan sólo hace falta introducir el plantón en la tierra a unos 10 centímetros de profundidad y con 15 centímetros de separación. Si quieres que los bulbos sean tiernos, puedes recolectarlos a los 2 meses, si los quieres más gordos, a los 3 o 4 meses estarán de foto. Además la cebolla es la vecina ideal de la zanahoria, ya que aleja a las moscas.
Para evitar los insectos, nada mejor que poner plantas aromáticas en nuestro huerto. Tomillo, albahaca o perejil, son especias que utilizamos habitualmente en la cocina y que además dan un olor estupendo a las casas. La albahaca espanta a los mosquitos, y el romero ahuyenta a las moscas. Hay flores tan bonitas como las capuchinas que alejan numerosos insectos de las hortalizas y de las verduras que se encuentran plantadas cerca.