Un edificio de 737 metros de altura llamado Mandragore será el rascacielos sostenible más alto de toda la ciudad de Nueva York. El proyecto del estudio de arquitectura Rescubika absorberá más dióxido de carbono (CO2) del que generará y estará ubicado en la isla de Roosevelt, entre Manhattan y Queens.
160 pisos, 36 turbinas eólicas, 1.600 árboles, 24.500 metros cuadrados de paredes verdes y 7.000 metros cuadrados de fachadas fotovoltaicas. Mandragore es un proyecto ambicioso que pretende descarbonizar el aire al tiempo que ofrece unas instalaciones únicas a sus residentes.
Usará “energías pasivas”, por lo que contará con unas tuberías subterráneas para capturará o disipará el calor del suelo, de manera que en invierno el aire se caliente de manera sostenible y en verano se enfríe gracias a la energía geotérmica.
Pero su acción de limpieza de la contaminación en la ciudad que nunca duerme no se quedará ahí. Cada apartamento del edificio Mandragore de Nueva York contará con su despacho o home office, dado que pretende promover el teletrabajo para reducir el tráfico que tiende a ensuciar el aire de la metrópoli.
Su nombre tiene un motivo: el diseño del edificio se ha inspirado en la forma de la planta mandrágora, una planta cuya raíz se asemeja al cuerpo humano, buscando simbolizar la relación humano-naturaleza, y la responsabilidad de las personas con el planeta.
Con la “sobriedad energética” por bandera, Mandragore será un “edificio bioclimático”, como ha sido bautizada la nueva generación de construcciones respetuosas con el medio ambiente y emisiones negativas.
Otra edificación similar e igualmente sostenible es el Bosco Verticale de Milán, un rascacielos residencial, inaugurado en 2014, compuesto de dos torres y cubierto de vegetación que regula la humedad, produce oxígeno y absorbe CO2.