Pepa Bueno nació en una tierra que un día fue un reinado taifa, de horizontes llanos, de incendios de sol al atardecer, de trenes que tardan en llegar, de primaveras tiernas, hermosas y llenas de luces, como las describe Julio Llamazares en su último libro; bañada por las aguas mansas del Tajo y el Guadiana; hay aquí un derecho a la tranquilidad y al silencio, donde el paisaje se llama Extremadura.
Y por ahí comenzamos la charla de este sábado: “Extremadura para mí es la infancia, es calorcito en el estómago y son mis padres que murieron pronto, con ellos se rompió el cordón umbilical. Me queda la nostalgia de aquellas navidades en la tierra, con la desaparición de mis padres mis encuentros familiares con mis hermanas son los veranos en Cádiz”.
“Aquí está todo lo que somos y fuimos, la trama de nuestra historia y de nuestro singular modo de ser y vivir”, escribió el escritor extremeño Luis Landero.
Su voz comenzó en la radio, en los servicios informativos de RNE-Extremadura. Antes de llegar a Madrid pasó por Aragón y después de alternarse profesionalmente en la televisión y en la prensa escrita, volvió a la radio hace más de diez años para ponerse al frente del “Hoy por hoy”.
El día tiene 24 horas pero la Cadena SER decidió, hace casi 50 años, añadirle la 'Hora 25'. Por este espacio han pasado los periodistas más renombrados del país y desde septiembre de 2019 es Pepa Bueno quien conduce este prestigioso tramo radiofónico, como si obedeciera a ese texto que parece casi de ley del escritor George Orwell: “No es tan lejos, ni pasó tanto tiempo. Todo fue hoy”.
Sus sueños de radio comenzaron de muy joven. Me lo cuenta así: “Yo quería ser Oriana Fallaci, viajar por el mundo y escribir libros, sin embargo cuando aparecí en la radio para hacer prácticas, a los 15 días me pregunté: ¿cómo he podido vivir sin este medio, sin esta facilidad de comunicar que te da la radio? Dicen que se parece a internet, pero yo sostengo que es internet la que se parece a la radio porque estaba antes. La radio es compatible con la vida, eso es importante para quien te escucha: te metes con ella en la ducha, convive con los ruidos domésticos, cuando conduces o paseas puedes hacerte acompañar e informarte por la radio. El oyente se siente partícipe de lo que estás haciendo con una simple llamada telefónica. La radio se parece a la vida”. “A mí me gustan mucho la comunicación y la información directa, me gusta el directo, y en esto la radio te da infinitas posibilidades. Me ha dado hasta la posibilidad de poder hacerla desde mi casa. Mira: Herrera me decía que pidiera que me colocaran el equipo técnico en mi domicilio (mucho antes del estado de alarma) y yo le respondía: ¡Qué barbaridad es esa, cómo voy a hacer la radio desde mi casa! Pues desde mi casa y con el temor de que el encierro cercenara la amplitud de mi mirada, el latido urbano, he descubierto que te pones los cascos, te colocas el aparatito y estás hablando con los oyentes de toda España, y eso es muy emocionante para mí: comunicarte y recibir el “feedback” de manera inmediata, eso convierte a la radio en el medio más caliente, cercano, próximo. Me encanta”.
Dos cabalgan juntos, a lomos de las noticias, de lo sucedido, atravesando cada noche, ella y su leal acompañante, el periodista navarro Aimar Bretos. Juntos ya abrían de par en par la mañana en el 'Hoy por Hoy'. Acudo a Aimar para sellar esta costumbre de hablar de una con los otros: “Pepa es, por encima de todo, valiente: no rehúye los terrenos pantanosos, se lanza a ellos de cabeza. En lo periodístico, en lo ideológico: en todo. Y es valiente porque hace apuestas que a cualquier otro le parecerían una locura: a mí me hizo su sustituto con 26 años, no te digo más. Podíamos habernos estampado todos, pero ella confió y apostó. Y hasta hoy. En este tiempo, he aprendido -sigo aprendiendo- de ella cada día. De las grandes decisiones y de las tropecientas que va tomando programa a programa. Al final el periodismo es eso, una toma de decisiones permanente, y pasma ver cómo aplica su olfato para tomar las acertadas, por poco obvias que sean en el momento. Una de sus obsesiones [no teórica, la aplica de verdad] es que la mejor escaleta es aquella que está más discutida: no le gusta que le den la razón, le gusta rodearse de quien le rebate y complementa. Le decepciona una reunión de contenidos previa al programa en la que no haya debate. A veces nos provoca sólo para generarlo. “Arguméntame eso”, una de sus frases favoritas. Y aunque enfadada es de armas tomar (le sale el acento extremeño más que nunca), por encima de todo Pepano rehúye los terrenos pantanosos, se lanza a ellos de cabezael periodismo esuna toma de decisiones permanente, y pasma ver cómo aplica su olfato para tomar las acertadasno le gusta que le den la razón, le gusta rodearse de quien le rebate y complementaes una tipa muy generosa. No solo en lo profesional, que también, sino en lo personal.".
La conversación fluye, salta de rama en rama y en este brinco verbal le digo que me cuente cómo se ha divertido y se divierte frecuentando otros medios como la televisión o las columnas de opinión de los periódicos: “Me gusta que emplees la palabras diversión -puntualiza- porque este trabajo hay que hacerlo divirtiéndose ya que te lo pide todo, la vida entera, estructurar tu vida en torno a él, al trabajo de cada día. A mí me gusta mucho medirme, cuando me siento confortable en algo se me encienden las alarmas y por ello quise probarme unos cuantos años en televisión. Así que saltar de la radio a la tele, mantener viva una colaboración en la prensa y ahora publicar un libro me parecen aventuras muy estimulantes porque aunque creas que no vas a ser capaz de hacerlo, la felicidad te llega cuando ves que lo has conseguido”. “Para mí ha sido un privilegio ir midiéndome. Siempre empiezo preguntándome: ¿Dios mío, seré capaz? Que en el fondo es una pregunta retórica porque si lo acometes es porque te ves capaz de hacerlo, pero es ese momento de incertidumbre el que te mantiene viva”.
“Saltar de un medio a otro, aprenderte los condicionantes que tiene cada uno, aplicar lo que a ti te gusta cumpliendo con las exigencias de cada medio, a mí me ha renovado la sangre de las venas. Cada vez que he hecho un cambio, o en una misma semana un mismo tema, lo estoy tratando de una forma en la radio, me he dicho: esto mismo es de lo que voy a escribir en El País, aun sabiendo que para la escritura debo buscar otras referencias, otra mirada para contarlo. Todo eso como dije antes es divertido y es la vida. Me espanta la rutina. Siempre les digo a quienes trabajan conmigo: no hay plantillas para hacer una noticia, un reportaje; cada una tiene su afán, cada noticia existe a su manera, cada medio te obliga a buscarla a su forma y eso mata a la rutina. Fíjate. Ahora conduzco menos pero cuando tenía que desplazarme en coche a mis diferentes puestos de trabajo iba cambiando las rutas justamente para no aburrirme”.
En su andadura televisiva, Pepa cruzó destinos con el periodista gallego Xabier Fortes. Le llamo para que sea él quien me lo cuente: “Nos conocimos por teléfono cuando internet estaba en pañales y Twitter, Facebook y WhatsApp ni siquiera habían sido imaginados. Yo era un currito del centro territorial de TVE Galicia y ella una de las editoras del programa 'Gente'. Podría decirse que fuimos creciendo a la par. Poco después yo pasaría a presentar el 'Telexornal' y ella 'Gente'. una de las editoras del programa 'Gente'Cuando llegó a 'Los Desayunos' yo ya era director del centro y aún así no dudaba en entrar para su programa en cualquier conexión en directo
De repente, la selección española, saltándose su ancestral mediocre trayectoria, gana la Eurocopa en 2008. Le comenté a ella que en Galicia vivía el mítico Marcelino, el del gol a Rusia que cantaba Sabina, y allí se lo planté al día siguiente de la victoria en su programa, con la camiseta azul con el escudo del águila que lució aquel día en el que derrotaron a la Unión Soviética ante los ojos de Franco. Nuestros caminos se siguieron cruzando pero lo que nunca imaginaría, por muchas vueltas que diese la vida, que no solo me tocaría a mí sucederla al frente de 'Los Desayunos', sino también echar la persiana a ese mítico programa de opinión y análisis que ella había convertido en la referencia informativa matinal.
Ella solo puede ser una, Pepa Bueno”.
Decía Billy Wilder que el cine era pillar una historia y saber contarla, creo que esa es también la esencia de la comunicación, buscar historias, moldearlas, adaptarlas o contarlas sin aderezos, en carne viva. Se puede hacer en diferentes formatos: noticias, cuentos, películas o series, canciones, fotografías o cuadros... Pepa dice que las cuenta así: “Para mí es una obsesión buscar lo que tiene de universal cada historia y que es lo que la conecta con la mayoría, buscar aun en historias pequeñas su amplitud, por eso me gusta trabajar en medios mayoritarios”. “Un informativo es una suma jerarquizada de historias que hay que contextualizar ¿Qué hacemos en Hora 25? Todo lo que ha pasado a lo largo del día intentamos entrelazarlo, que todo tenga que ver con todo y a su vez tenga que ver con el oyente. Ese es nuestro reto de cada día”.
Escribió el cantautor extremeño Pablo Guerrero en uno de sus versos, de sus canciones: “Ella enciende las lámparas al calor del aceite, trenza las palabras”.
Con el esfuerzo todo se alcanza, la trayectoria profesional de Pepa Bueno está jalonada de premios, los tiene con los apellidos más ilustres: Medalla de Extremadura, Cuco Cerecedo, Ondas, Manu Leguineche... Suponen el reconocimiento de la profesión, una recompensa al trabajo bien hecho. Le pregunto cómo los ha vivido, qué han significado para ella: “Algo muy importante. Para un trabajo como el que hacemos de una enorme exposición pública y que asumimos de forma natural el desgaste que representa, el que todos los días de tu vida estés pendiente de la gente que te ve o que te escucha, el premio es la gratificación, el reconocimiento de que tus aciertos han sido más que tus equivocaciones. Vivimos tomando decisiones contrarreloj, apostando, intuyendo... Así que cuando te llegan esos premios que además enlazan tu nombre con el de esos periodistas a los que he admirado muchísimo y he seguido cuando me formaba y aspiraba a hacer estos pues entenderás que es una satisfacción grandísima. Y muy íntima, más de lo que pueda parecer porque te reporta la sensación de que andas en el buen camino”.
“El Manu Leguineche me emocionó mucho, de manera muy intensa, porque sentí que asociaba mi nombre al de Manu, de quien había devorado todos sus libros. El Cuco Cerecedo cuando me lo dieron fue a la primera periodista de televisión a la que se le concedían y eso fue muy importante para mí”.
“¿Sabes que lamento, Manuel? El que no vivieran mis padres. Me acuerdo mucho de ellos cuando recibo algún premio. Cuando me dieron la Medalla de Extremadura, la recibí pensando sobre todo en la satisfacción que hubiera supuesto para ellos”.
Escribía Proust en su búsqueda del tiempo perdido que aquellas cosas que se nos han derrumbado, nos han hecho más frágiles, perviven en nuestra memoria, nos aguardan, nos esperan... A Pepa Bueno se le cruzó una historia descarnada, de intemperies, la crónica de un enorme desamparo: la de los hermanos Pino, Víctor y José Mari, que sobrevivieron a un brutal atentado contra una casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza, en diciembre de 1987 en el que murieron sus padres y su hermana. Una cicatriz imborrable. La cuenta en un libro de reciente publicación “Vidas arrebatadas” (Planeta, 2021).
“Hace un par de años -comienza a contarme- andaba atascada en un libro que no acababa de encarar y decidí aparcarlo con la incertidumbre de si algún día me atrevería retomarlo. Y cuando estaba en este atasco, Ángeles Aguilera, que además de mi editora es mi amiga, me dijo: “Hay una historia de dos víctimas del terrorismo que quieren que se sepa, quieren contarla. Es una historia tremenda, una visión muy personal, nada política, muy íntima”. Me pasó las notas que José Mari Pino había hecho para su sicóloga, para su terapia, y descubrí una hoguera emocional de grandes dimensiones. Me fui a Euskadi a conocerles y después de una comida de larga sobremesa salí convencida de que tenía que escribir ese libro porque era una de las partes de la historia de ETA menos contada, una tragedia íntima; cuando el horror se instala en la vida cotidiana y se proyecta hacia el futuro con una onda expansiva moral que llega hasta el presente, hasta 33 años después. Me volví convencida de que esta historia merecía un libro que me permitía ejercer de periodista y a la vez probarme en el relato, en convertir en un relato la peripecia vital de estos dos hermanos”.
Me sigue provocando curiosidad el cómo alternó la confección de este trabajo con su labor diaria: “Entonces yo estaba al frente del 'Hoy por Hoy' y pensé en dejarlo para el verano, para mi tiempo de asueto. Durante la primavera grabamos conversaciones con ellos que han sido la base del libro y en el verano hice una parte sustancial del relato de ellos y me dije que a lo largo del año siguiente me dedicaría a la investigación y unos meses después llegó la pandemia que me impedía incursión alguna en el pasado, era todo presente lo que me ocupaba, un presente de máxima tensión informativa. Quise aparcarla pero contando sucesivas historias de pérdidas que nos traía la crisis sanitaria, estas y aquellas se unieron en mi cabeza y recuperé las ganas de seguir con el libro. Hasta terminarlo”.
En medio de la charla se cruza una “llamada de mantenimiento” con un amigo común, colaborador de 'Hora 25', el periodista pontevedrés Manuel Jabois. Hablamos de Pepa: “La conocí hace cinco años en una charla franca y directa de jefa que sabe dónde están las cosas. Saber dónde están las cosas en este oficio es primordial, más que nada porque siempre hay que cambiarlas, a veces de un minuto a otro, y no puedes perder el tiempo buscándolas. He aprendido un montón con ella, y he aprendido a admirarla también, cosa nada fácil porque no se deja, y es enemiga de egos, imposturas y estrellatos. Una vez le dije que no soportaba escucharme en radio, y que tenía miedo de no mejorar por no hacerlo; me dijo que me olvidase: “Mejor es eso que llegar a casa, poner tu programa y escucharte una hora pellizcándote los pezones, que en este oficio hay mucho de eso”. Me pareció una imagen tan gráfica que se me quedó grabada y, no habiendo sido yo nunca de mis propios pezones, desde entonces ni me los miro. El libro que ha publicado ahora, 'Vidas arrebatadas', explota una de sus obsesiones como editorialista, la memoria y su efecto en la política, y una de sus obsesiones como reportera: la curiosidad periodística por la vida de los otros, aquellos que siendo noticia permanecen fuera del radar y cuyos testimonios nos ayudan a los demás a comprender mejor la historia. Tiene, como periodista veterana que se las ha visto con todos y de todos los colores, un sentido de la responsabilidad y un compromiso con causas que convierten su forma de hacer periodismo en un ejemplo de eso que a veces olvidamos para no hacernos daño: la del es enemiga de egos, imposturas y estrellatosEl libro que ha publicado ahora, 'Vidas arrebatadas', explota una de sus obsesiones como editorialista, la memoria y su efecto en la política, y una de sus obsesiones como reporteraTieneun sentido de la responsabilidad y un compromiso con causas que convierten su forma de hacer periodismo en un ejemplo deservicio público”.
Prosigo diciéndole a mi interlocutora de este sábado que otro buen amigo, el escritor Manuel Rivas, dice que la memoria es nuestro hogar nómada y le pregunto si cree que siendo éste un libro basado en la memoria ha podido tener algún efecto reparador: “Ojalá. Lo he pensado mucho. La memoria compartida, porque la memoria que tiene uno solo y si es dramática lo que hace es torturarte. Ojalá esa memoria compartida les ayude a Víctor y a José Mari a llevar esa carga que soportan sobre sus espaldas”. “La memoria nos dice que no estamos solos en la desgracia, en la alegría, en el intento del control de tu vida. La memoria nos ayuda a entender el presente. Ahora que se habla tanto de pasar páginas y mirar hacia adelante, habría que saber que antes de pasarlas sería preciso leerlas primero”.
“Toda mi vida he querido expresarme. No tengo otro destino, otro afán, otra ley”, dejó escrito el poeta extremeño, Félix Grande.
Pepa Bueno es embajadora nacional del Vino desde el FENAVIN (Feria Nacional del Vino) de 2019, en que recibió sus credenciales para engrosar ese ilustre cuerpo diplomático del buen vivir. El vino y la sobremesa forman parte de una de sus actividades de ocio preferidas: “Una comida con amigos y una sobremesa larga -afirma- es para mí algo fundamental. Porque cuando te acompañan amigos y un buen vino la conversación fluye con sinceridad, sin barreras. El vino es un generador de encuentros y lo llevo asociado al placer, a la confianza, al relax absoluto”.
Le insinúo que es también una tierra, un paisaje... “Desde luego- continúa- a mí los vinos generosos del sur me ponen cuerpo de playa, me devuelven a aquella costa y cuando me los he traído para bebérmelos en Madrid han sido pura evocación estival. Cuando me tomo un Somontano viajo a Aragón, donde tengo raíces, soy madre de una “extremaña”. Hace poco probé un Algueira Merenzao y creí volver a la Ribeira Sacra. El vino es un paisaje pero también un viaje y un entramado de los afectos”.
Le propongo que viajemos al Bierzo, al municipio de Corullón, esa especie de “Jerte berciano” que estará ya a punto de enseñar sus cerezos en flor. Un mirador de vistas formidables sobre la comarca. Allí llegaron hace más de 20 años y tras cruzarse España desde El Priorat y La Rioja, Álvaro Palacios y su sobrino, Ricardo Pérez Palacios, y se prendaron de esa trilogía de clima, tierra y viñas. Y se instalaron. Álvaro recorre sus fértiles mundos vinícolas y Ricardo es ya un berciano más, de pleno derecho. Sus vinos son la reivindicación de un territorio, muy personales y sobre todo mágicos. Han hecho de la mencía un tesoro. Siempre que le llamo Ricardo está dispuesto y me atiende con extraordinaria amabilidad, es un placer hablar de vinos con él y un constante aprendizaje de lecciones impagables. Es él quien me sugiere Villa de Corullón 2018 y ahora nos lo justificará. Ama lo que hace y lo cuenta como nadie:
“Corullón representa para nosotros la columna vertebral de todo el trabajo que hacemos en el Bierzo.
Es el municipio que nos cautivó por sus laderas pizarrosas, por sus viejas cepas de mencía y las otras variedades que la arropan, por la anaranjada luz de la tarde y por la reminiscencia atlántica en forma de vientos, lluvias y humedades.
Su enrevesada orografía hace muy diferentes los parajes y parcelas, a pesar de contar con la misma roca madre metamórfica del precámbrico inferior, lo que hace que nos encontremos, seguramente, ante las viñas plantadas en los suelos más antiguos de toda la península ibérica.
Esta variabilidad de exposiciones, altitudes y pendientes, además de influir en el carácter propio del vino, también determinan la degradación de la roca e incluso la presencia de diferentes minerales y sus diversas transformaciones; lo cualEsta variabilidad de exposiciones, altitudes y pendientes, además de influir en el carácter propio del vino, ahonda en la diferenciación en texturas, volúmenes y sabores que aportan las distintas uvas.
"Esta añada 2018, lleva por fin este sello y mención otorgado por el Consejo Regulador, y refutado por las mas altas instituciones europeas, las cuales certifican que es un vino procedente de viñas plantadas en un sólo municipio, por el que tanto tiempo hemos luchado y que por fin dignifica el nombre del origen y de tantas generaciones dedicadas a la viticultura del lugar.
En toda España, y en buena parte de la vieja Europa, mucho se ha hablado de la ya mítica añada 2018.
En el Bierzo nos hace reencontrarnos con los más sublimes recuerdos de años más atlánticos, con la madurez y equilibrio que aportan el sol continental, los agostos suaves mediterráneos y el refrescante otoño que hace llegar lentamente la madurez completa”.
Villa de Corullón tiene potencia y delicadeza, presencia de balsámicos, es de paso firme pero aterciopelado en la boca; jugoso, frutal, mineral, fragante, una auténtica explosión de vida. Hay mucho talento detrás de este vino.
La conversación se acaba, la noche ya ha caído sobre nosotros. Nos despedimos diciéndonos que el vino y las palabras son capaces de conmovernos. Enciendo la radio y suena su voz, la de la Hora 25, la de muchas noches, la de todas las noches.
Palabra de vino.