Diez islas desconocidas de Europa que todavía no conoces y querrás visitar
Desde el Mediterráneo hasta el Mar del Norte, Europa alberga islas poco conocidas que son de cuento
Las islas menos pobladas suelen ser las mejores para ver fauna salvaje
Películas y series muy populares se han rodado en islas que incluimos en esta lista
Probablemente te suenen Ibiza, Santorini, Madeira… Pero ¿has oído hablar de Brac? ¿O de Cavallo? Estas son diez islas de Europa que todavía no conoces y merece la pena visitar. Prepara papel y boli.
1. Brac, Croacia
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Croacia, al igual que Grecia, tiene muchas islas, y la gran duda a la hora de planear un viaje es, ¿a cuál de todas voy? Te proponemos Brac, frente a la costa de Split. Tiene una costa de poco más de 180 kilómetros, y cada uno de sus pueblos y aldeas es un mundo, con su propia culturas, comida, etc. Su paisaje te enamorará desde el momento de desembarcar en el puerto de Supetar, donde te encontrarás con viñedos, iglesias y restaurantes que te pondrán los dientes largos.
Un ‘must’ de la visita a la isla es Bol, un pueblo de pescadores con un encanto inigualable, y donde se encuentra la espectacular playa de Zlatni Rat o 'Cuerno de Oro'.
2. Cavallo, Francia
Todo sobre la isla francesa de Cavallo es a la vez intrigante y fascinante. Es diminuta y se ubica frente al cabo sur de Córcega. Es profundamente azul y bastante virgen, además de poco conocida. Tiene fama de ser el refugio de gente famosa y adinerada, de la talla artística de Beyoncé, ni más ni menos.
Pero no esperes cruzártelos en la playa. Si por algo eligen Cavallo los multimillonarios del mundo es, precisamente, porque saben que allí encontrarán privacidad. El ocio es más limitado que en la mayoría de islas a las que estamos acostumbrados. Ah, y olvídate de los coches… No verás muchos entre su naturaleza salvaje. Suena bien, ¿verdad?
3. Mykines, Islas Feroe
Y del paisaje Mediterráneo… Al Atlántico norte. Mykines es la isla más occidental y la más salvaje de las Feroe, con una única aldea con el mismo nombre. Es el paraíso de los amantes de la naturaleza y la fauna, sobre todo por su enorme variedad de aves. Es uno de los mejores lugares del mundo para ver colonias de frailecillos. Si además te gusta la fotografía, probablemente Mykines te apasione.
Eso sí, no esperes encontrar mucho que hacer. La tranquilidad y el sonido del mar y los pájaros son lo que más caracteriza a esta isla danesa. Durante el verano su población aumenta considerablemente, en cambio si la visitas en cualquier otro momento del año sentirás que eres la única persona en el mundo.
4. San Miguel, Portugal
La isla de San Miguel (o São Miguel, en portugués) es la más grande del archipiélago de las Azores, en cambio no es tan popular como cabría esperar. Tiene más ‘vidilla’ que las anteriores de la lista por el paso de algunos cruceros, pero no recibe un turismo de masas.
La zona de las ‘Sete Cidades’, en el lado oeste de la isla, es perfecta para hacer senderismo, y allí se encuentra el Lago Gemelo, uno de los paisajes más famosos de las Azores por su extrema belleza, considerado una de las “7 maravillas de Portugal”. Tampoco puedes perderte el cráter volcánico del lago Lagoa do Fogo.
Verás gaviotas y vegetación exuberante que te harán dudar de si realmente estás en Europa. Es además un destino adorado por las personas deportistas, puesto que pueden hacerse muchas rutas en bici o moto, así como nadar entre delfines y otros mamíferos marinos.
5. Texel, Holanda
No te pierdas esta increíble isla del Mar del Norte. Se encuentra muy cerca de la Holanda continental, y a tan solo 90 kilómetros de Ámsterdam, pero tiene poco que ver con el resto del país. Sus eternas playas de arena blanca, con dunas y vegetación salvaje, te parecerán de cuento. Tiene muy fácil acceso desde Den Helder y, a pesar de su diminuto tamaño, es una de las más recomendables de la lista.
Texel está habitada por leones marinos, focas y todo tipo de aves, y cuenta de hecho con un centro de recuperación de estos animales, que puede visitarse. Su playa más famosa es la de Paal 15, donde multitud de familias aprovechan para tomar el sol y relajarse en verano. Una postal típica de la isla son las casetas sobre la arena que alquilan los holandeses, y el enorme chiringuito donde tomarse un refresco, que anima la playa. El faro de Texel también merece la pena.
6. Kastellorizo, Grecia
Llaman a Kastellorizo “la isla más remota de Grecia”. Pegada a Turquía, esta islita con aguas turquesa, cuevas submarinas, tabernas encantadoras y fortalezas es el secreto mejor guardado del Mediterráneo.
Entre visitas fundamentales de la isla está su famosa cueva azul zafiro, accesible por el mar con barca. Cuando sube la marea, el agua nos obliga a agachar la cabeza para acceder por el ‘techo’ que es la puerta de entrada a la cueva. A pesar de que la Grotta Azzurra (cueva azul en italiano), en Capri, es la más conocida del mundo, la de Kastellorizo tiene una extensión mayor.
7. Colonsay, Escocia
Colonsay es una de las muchas islas pertenecientes a Escocia del Atlántico. Es la joya del archipiélago de las Hébridas y apenas llega a los 150 habitantes, quizá por eso rebosa belleza: su naturaleza intacta y su fauna la convierten en el lugar perfecto para escapar del mundo sin tener que volar muy lejos.
Los residentes de la isla se dedican a la pesca de langosta, la artesanía, la fabricación de cerveza… Por ello se come y se bebe bien en Colonsay. En varias ocasiones a lo largo del año, la isla acoge festivales de música, cultura y literatura. Es sin duda un lugar para soñar despierto lejos de multitudes y respirando aire puro. Eso sí, no es apta para frioleros: la temperatura máxima durante el verano apenas alcanza los 18 grados, y en el invierno las mínimas rondan los cero grados de manera habitual.
8. Panarea, Italia
Panareaes es una de las islas Eolias, frente a la costa de Sicilia, y una de las preferidas de la jet-set. No encontrarás allí grandes opciones de ocio, más allá de las fiestas privadas y elegantes que se celebran a menudo, ni tampoco enormes playas, pero sí la sensación de estar en un lugar de película.
No cuenta con grandes hoteles, en su lugar componen el paisaje edificios idílicos, blancos impolutos, que siempre parecen estar recién pintados. Los rodean flores coloridas y vistas a un mar azul que obliga a parpadear dos veces (“¿es real?”, te preguntarás). Es un destino popular para lunas de miel y escapadas románticas donde hacer rutas como la que lleva hasta Punta del Corvo –con unas vistas únicas– o a la Cala Junco.
9. Hitra, Noruega
Hitra se encuentra en el condado de Trøndelag, en la desembocadura del fiordo de Trondheim, y es la isla más grande de Noruega al sur de Lofoten. Se sabe por los restos arqueológicos encontrado en la isla que ha estado poblada desde la Edad de Piedra, y actualmente cuenta con algo más de 4.500 habitantes, según el último censo.
Es popular para los veraneantes de Trøndelag, muchos con segundas residencias y cabañas entrañables que disfrutan sobre todo en verano. Se dice que el salmón de Hitra es de los más exquisitos del mundo, junto con el de la vecina isla de Frøya, y son de hecho los sitios más grandes del mundo para el cultivo de salmón.
Completan su paisaje las iglesias de piedra blanca, los ciervos (la isla tiene la mayor población de ciervos de Europa) y los puestos de quesos y miel como el Dalpro Farm Shop.
10. Gozo, Malta
Gozo es la segunda isla más grande del archipiélago de Malta, y mucho más tranquila que principal, donde las fiestas no faltan cada noche. Con una población de solo 37.000 personas aproximadamente y una superficie de 67 km2, esta pequeña isla esconde el mar interior de Dwejra, una impresionante bahía rodeada de altos acantilados y conectada por una cueva de 60 metros de largo que lo lleva al mar abierto, aunque hay que recalcar que es solo apto para aventureros que se atrevan con todo.
Multitud de películas y series se han rodado en este enclave ‘secreto’ de Malta, entre ellas Juego de Tronos, donde aparecía de fondo la ‘Ventana Azul’, que recientemente se ha derrumbado.