En realidad, la provincia española con más costa es, como podrá suponerse un archipiélago: el que forman las islas de la comunidad uniprovincial de las Islas Baleares, que cuenta en total con 1283 km de costa. Pero hay, ya en tierra firme, una solo provincia gallega que supera con creces no solo a otras provincias de la península sino a toda la comunidad andaluza. Hablamos de longitud únicamente, no de la calidad de sus playas o las bondades de su gastronomía o la bonhomía de sus gentes, que eso ya es otro asunto.
Se trata, lector, de la provincia de A Coruña cuya suma de sus costas supera la de todo el litoral andaluz. Pero no lo decimos nosotros, sino el Instituto Nacional de Estadística: A Coruña, con sus 'interminables' rías, acumula un total de 956 km de costa, mientras que toda Andalucía alcanza los 910 km.
Como se sabe, la 'ría' no es exclusivas de España o Portugal, ya que se encuentran en cualquier región donde un valle formado por la desembocadura de un río queda parcialmente sumergido por el mar. En el caso de la costa gallega, existen dos tipos: las llamadas Rías Bajas -en Pontevedra, desde Finisterre a Vigo y foma gran parte de los 398 km de playas de esa provincia- y las Rías Altas, que se encuentran en Coruña y abarcan también la provincia de Lugo. Estas incluyen también la célebre 'Costa da morte', que se dice es el epicentro de los célebres naufragios de las costas gallegas. No en vano se dice que Galicia es la región con más naufragios documentados del mundo.
No obstante, hay que señalar que independientemente de los kilómetros de playa que tenga cada región de España, cada litoral tiene sus propios atractivos geográficos, gastronómicos y culturales. Os remitimos, si quereis entender estas diferencias, al libro 'Laberinto mar. Un viaje por la vida y la historia de nuestras costas', de Noemí Sabugal, que recorre de manera personalísima gran parte de nuestro litoral.
"España es casi una isla- dice Sabugal-. Si hubiera una línea de puntos por los Pirineos y cortáramos, nos convertiríamos, junto con nuestros vecinos portugueses, en isleños. Incluso los habitantes de las provincias del interior lo serían, aunque nada parezca menos propio de una isla que los extensos campos roturados de la meseta Central. Esta casi insularidad ha marcado y marca la historia de sus regiones. El país apoya su cabeza en la almohada vibrante de una superficie marina que se acerca al millón de kilómetros cuadrados".