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13 años después de su muerte, Amy Winehouse sigue siendo un mito en la música. La cantante, que hubiera cumplido 41 años el 14 de Septiembre, sigue ocupando un lugar privilegiado en la mente de sus fans, tanto es así, que son muchos los que visitan Londres sólo para recorrer los lugares que marcaron la vida de Amy.
Amy Winehouse y Londres han estado siempre conectados, no solo por ser la ciudad natal de la cantante de soul, sino porque fue una fuente constante de inspiración para su música y estilo: la ciudad se convirtió en su musa. Ella era una auténtica londinense que dejó una huella imborrable en su ciudad.
Este barrio fue, sin duda, el más especial para la cantante. Se convirtió en su refugio y en el lugar donde podía perderse entre sus rincones bohemios y eclécticos. La primera parada de este paseo por el Londres de Amy Winehouse es obligatoriamente en este barrio.
Este pub es uno de los más icónicos de Camden, y el favorito de la cantante. Se cuenta que solía pasar mucho tiempo aquí, tanto en la barra como en el escenario. Con un ambiente relajado y un público compuesto por músicos, artistas y bohemios, era el lugar donde Amy solía pasar desapercibida antes de una sesión de grabación o concierto.
Fue uno de los primeros en ofrecerle un escenario antes de que la cantante tuviera fama mundial. En el pub, se puede ver una foto gigante de la cantante, ya que los dueños quisieron rendirle homenaje por la importancia que tuvo en su vida.
Este es uno de los mercados más populares de Londres, es conocido por su amplia oferta de ropa vintage, artículos y establecimientos únicos, y puestos de comida de todo el mundo. Este mercado atraía a Amy, pero no solo por su ropa y accesorios, sino por el aura creativa que respira este lugar.
Los locales del mercado conocían bien a la cantante y sabían que podría aparecer en cualquier momento para comprar o simplemente para charlar. Fue en uno de esos paseos donde se tatuó la cruz que llevaba en el brazo en uno de los puestos de tatuajes y piercing de Camden Market.
A pesar de no estar abierta al público, su casa es lugar de peregrinación de muchos fans. El exterior de la casa se ha convertido en un lugar muy significativo para rendir tributo a la cantante. Aquí fue donde pasó sus últimos años.
Fue en esta casa donde Amy compuso algunas de las canciones más íntimas de su carrera. Se dice que pasaba mucho tiempo en su terraza, tomando café o charlando con sus vecinos.
Esta estatua de bronce, obra del escultor Scott Eaton, es un homenaje póstumo a la cantante. En ella se muestra a una Amy con su clásico moño alto y vestido ceñido, una imagen que se ha convertido en un sinónimo de su estilo. A la estatua se le colocó una rosa roja y unas pulseras.
Está situada en un lugar muy transitado, pero sigue siendo un sitio tranquilo donde sus admiradores pueden parar a admirar a su ídolo. Es un lugar donde se pueden ver flores, cartas y pequeños recuerdos que dejan sus fans para mantener viva su memoria.
Este pub es otro de los favoritos de la cantante y una de las joyas ocultas de Camden. Es conocido por ser un lugar frecuentado por músicos y bandas británicas, y también, uno de los lugares predilectos de Amy para pasar el tiempo y relajarse disfrutando de buena música. Y además, aquí fue donde Amy conoció a su esposo Blake Fielder-Civil.
Aunque estos estudios son más conocidos por los Beatles, también en ellos Amy Winehouse grabó parte de su legendario álbum Back to Black. Estos estudios, fundados en 1931, son un referente de la industria musical. Aunque no es fácil acceder a su interior, siempre se puede caminar por el icónico paso de cebra.
Este íntimo club de jazz en el barrio del Soho fue otro de los lugares donde Amy Winehouse dejó su huella. Este local es conocido por sus noches de jazz en vivo con músicos locales, aunque también da algunas sorpresas con artistas consagrados.
En alguna otra ocasión fue la misma Amy la que se subía al escenario de este club. Fue tan estrecha la relación que mantenía con el dueño, que el club tiene una galería de arte en la que se exponen retratos de la cantante pintados por él mismo.
La Roundhouse es una de las salas de conciertos más emblemáticas de la ciudad inglesa. Con una historia que se remonta al siglo XIX, pasó de almacén de trenes a uno de los escenarios más relevantes para la música y el arte londinense. Amy Winehouse actuó varias veces en este lugar, haciéndolo por última vez en 2011 en un concierto en honor a su ahijada, Dionne Bromfield.