Tradicionalmente las plazas mayores en España y América Latina -donde muchas adoptan el nombre de 'Plaza de Armas'- tenían dos funciones: albergar las edificios oficiales como el Ayuntamiento o la la Catedral y, más importante aún, acoger el mercado semanal. Se sumaban así, en un solo espacio, poder institucional y poder popular. Por esa razón muchas páginas de la historia de los pueblos y comunidades han quedado grabadas entres sus adoquines.

La más grande de España es La Plaza Mayor de Medina del Campo, situada en la provincia de Valladolid, que con sus 14.000 metros cuadrados es también una de las más grandes de Europa. Se trata de un espacio histórico y monumental que ha jugado un papel central en la vida económica, social y política de la ciudad a lo largo de los siglos.

La plaza data de la Edad Media, cuando Medina del Campo era un importante centro de comercio y ferias. A partir del siglo XV, Medina se consolidó como un núcleo comercial clave en Europa gracias a sus ferias internacionales, donde se comerciaban productos como lana, paños y metales preciosos. De hecho, el visitante todavía puede ver en el suelo de la misma plaza las placas que indicaban el lugar en el que habían de instalarse los puestos de los diversos feriantes y comerciantes locales.

De forma es casi rectangular, característica de muchas plazas castellanas, la Plaza Mayor de Medina del Campo tiene una configuración amplia y abierta y desde su origen fue el epicentro de la vida comercial de la villa. En la Edad Media, las ferias de Medina del Campo atrajeron a comerciantes de toda Europa, y la plaza era el lugar donde se organizaban las actividades mercantiles, siendo famosa por sus intercambios financieros y comerciales.

Además, a lo largo de los siglos, la plaza ha estado rodeada de edificios importantes, entre ellos el Ayuntamiento, una construcción del siglo XVII de estilo renacentista, que sigue siendo uno de los elementos principales de la plaza; la famosa Colegiata de San Antolín, que es uno de los principales templos de Medina, de estilo gótico; o el Palacio Real Testamentario, donde murió y dictó su testamento Isabel la Católica en 1504, y es por tanto un lugar de enorme valor histórico.

Durante el Renacimiento, la Plaza Mayor fue el corazón de las famosas ferias de Medina del Campo, que llegaron a ser las más importantes de Europa. Allí se desarrollaron actividades comerciales, financieras e incluso festivas que reunían a comerciantes de distintos puntos del continente.

Y aunque la Plaza Mayor ha experimentado transformaciones que han modificado su estructura y edificios circundantes, ha mantenido su esencia de espacio público de grandes dimensiones. Las sucesivas remodelaciones, por otro lado, han adaptado la plaza a las necesidades urbanísticas y sociales de las distintas épocas. Prueba de ello es que en ella aún se celebran importantes eventos como la Semana Santa, festividades locales y ferias culturales. También es el lugar donde se organizan mercados y actividades culturales a lo largo del año.

Hoy en día, la ciudad ha puesto en valor su legado histórico, y la plaza es uno de los principales atractivos turísticos de Medina del Campo.