Las mejores rutas de interrail para descubrir Europa

  • Recorrer Europa en tren es una de las formas más asequibles y versátiles de viajar por el continente

  • Te contamos cuáles son las rutas de interrail más interesantes: paisajes espectaculares, ciudades con encanto y una experiencia de viaje perfecta

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De todos los posibles viajes, el ‘mochilero’ sigue siendo una de las mejores opciones para quienes todavía están en su etapa vital de descubrimiento. Quien ya vivió un interrail suele fantasear con regresar a esa libertad del macuto y las horas frente a la ventanilla del tren; quien todavía no lo ha experimentado, no tiene más que comprar el pase milagroso que permite recorrer hasta 33 países europeos de forma flexible, sin más complicación que la combinación de destinos, rutas y conexiones entre territorios.

Este tipo de viaje es perfecto para quienes tienen hambre de paisaje, cultura y gastronomía y prefieren explorar muchos destinos sin la rigidez de un itinerario fijo. Eso sí, puede ser abrumador tratar de elegir la mejor ruta, el itinerario más completo y las mejores opciones de viaje.

Te damos algunas pistas.

La ruta sin complicaciones: París, Ámsterdam, Berlín y Praga

Si es la primera vez que haces un Interrail, esta ruta toma lo mejor y más populachero de varios países, sin innovar demasiado. Comenzamos en París, donde, como mínimo, se recomienda gastar de tres o cuatro días. Segunda parada: Ámsterdam, para dar un bocado al Rijksmuseum, los canales y la vida nocturna. Toca desplazarse a Berlín y gastar tres días más. El viaje finaliza en Praga y su atmósfera de cuento de hadas.

Si nuestro viaje admite algo de margen, se pueden realizar desvíos para descubrir una zona de forma más completa o combinar ciudades próximas.

Bruselas, Ámsterdam, Hamburgo y Copenhague

El Mar del Norte ha sido testigo de intercambios comerciales y culturales que han dado forma a algunas de las ciudades más influyentes del continente. Esta ruta empieza en Bruselas y continúa hasta hacia Ámsterdam, como una opción alternativa a la de las cuatro ciudades iniciales.

Nos desviamos a Hamburgo, una ciudad portuaria más dinámica en la que podemos experimentar la HafenCity y su histórica Speicherstadt. De nuevo, pura conexión con el mar. El viaje termina en Copenhague.

La Ruta del Danubio: Múnich, Viena, Budapest y Bucarest

El Danubio sirve como guía natural para este recorrido. El itinerario comienza en Múnich, antes de seguir hacia Viena, epicentro de la cultura europea durante siglos. Budapest ofrece una perspectiva diferente del río. El recorrido concluye en Bucarest.

Europa Central: Viena, Bratislava, Budapest y Zagreb

El recorrido de esta ruta atraviesa varias ciudades que han sido testigos de imperios, revoluciones y renacimientos culturales. Primera parada: Viena. A nadie le hace daño la mezcla entre palacios imperiales imponentes y vida contemporánea. De visita obligada el Palacio de Schönbrunn, la Ópera Estatal, el Museo Belvedere o los MuseumsQuartier, uno de los recintos artísticos más imponentes. del mundo.

A solo una hora de distancia en tren, toca visitar Bratislava (Eslovaquia) y las vistas al Danubio desde el castillo. Seguimos hacia Budapest y terminamos en Zagreb.

Círculo Polar Ártico: Helsinki, Rovaniemi, Kiruna y Narvik

Itinerario para para los aventureros, los que desean una experiencia algo diferente. Abandonamos las regias ciudades europeas y enfrentamos los paisajes invernales que cortan el aliento.

Empezamos en Helsinki. Su ubicación septentrional la convierte en un preludio perfecto para lo que vendrá. La ciudad es un fascinante crisol de influencias orientales y occidentales, visibles sobre todo en su arquitectura y su diseño.

Desde allí, el tren nocturno nos lleva a Rovaniemi, la capital de Laponia y considerada la puerta de entrada oficial al Ártico. El ambiente cambia como cambia el viajero. Estamos ya en mitad de la tundra y los bosques de coníferas. Una buena oportunidad para experimentar la cultura sami. El Museo Arktikum ofrece exposiciones sobre la vida en el Ártico, incluyendo la historia y la cultura del pueblo sami y sus modos de vida tradicionales, que incluyen la cría de renos y la fabricación de artesanías con materiales naturales como el cuero y el asta.

Finalmente, nos trasladamos a Narvik (Noruega). El premio gordo: los paisajes del Ártico. El viaje en tren desde Kiruna a Narvik, en descenso hacia la costa noruega, es uno de los trayectos más bellos del mundo.

Dos imperios: Roma y Atenas

El viaje perfecto para los que quieren conectar Italia y Grecia y empaparse de historia, arte y paisaje mediterráneo puro.

Comenzamos en Roma y conectamos con Nápoles, con el centro histórico y las ruinas de Pompeya como paradas obligatorias. Continuamos hacia Bari, una ciudad portuaria en la región de Apulia, famosa por su basílica de San Nicolás y el casco antiguo. Desde aquí, el viaje sigue hasta Bríndisi, donde podemos tomar un ferry hacia Grecia. Atenas es la primera parada natural. Después, la Acrópolis y su museo, más un largo paseo por Plaka, dédalo de callejuelas, tabernas y las mejores vistas de la ciudad. A partir de aquí, el placer del descanso. La ruta puede desviarse, otra vez en ferry, hasta Santorini y Mykonos.