Se puede congelar la crema pastelera: sí o no
El proceso de congelación evita el crecimiento de bacterias y la descomposición de los alimentos
Aunque la mayoría de alimentos se pueden congelar sin problema, hay algunos que pueden llegar a perder su sabor y textura
Cómo saber si se ha roto la cadena del frío en productos congelados
La congelación es un método seguro de conservación de alimentos que ayuda a prolongar su vida útil. Las bajas temperaturas, además de evitar el crecimiento de microorganismos que pueden llegar a causar infecciones e intoxicaciones alimentarias, ayudan reducir el desperdicio de comida.
De hecho, referente a esto último, muchos optan por congelar tanto las sobras como aquellos productos que no van a consumir en los próximos días, así como aquellos que están a punto de caducar.
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Aunque la gran mayoría de productos son aptos para almacenar en el congelador, es importante conocer cómo conservarlos adecuadamente para que no pierdan el sabor y la textura que les caracteriza.
¿Y la crema pastelera?
En el caso de la crema pastelera, una de las más empleadas en la repostería y el relleno estrella de un sinfín de elaboraciones como los milhojas de hojaldre o los profiteroles, sí se puede congelar. Eso sí, en este caso, también hay excepciones.
Los expertos señalan que esta preparación solo se debe congelar si se ha empleado harina de trigo para elaborarla. De lo contrario, si se ha usado maicena o almidón de maíz, es totalmente desaconsejable.
Congelar crema pastelera: entre el sí y el no
Para congelarla correctamente, debes guardarla una vez esté fría en un recipiente apto para el congelador y con tapa, así como también colocarle un papel film por encima, lo que va a evitar que tenga contacto directo con el frío.
Para acelerar el proceso de congelación y que no tarde demasiado tiempo, se recomienda colocarla en la zona más fría del electrodoméstico. Hacerlo de esta manera te va a permitir conservar la crema durante unos meses.
Descongelar: nunca a temperatura ambiente
En el momento que la vuelvas a necesitar es de vital importancia no dejarla a temperatura ambiente, puesto que puede contaminarse.
Lo ideal es que la saques del congelador con bastante antelación y la dejes descongelar en la nevera. Una vez pasado el tiempo requerido y comprobado que no tiene signos de deterioro, vuélcala en un recipiente y remueve en el caso de que la crema se haya separado durante la congelación. Recuperado su espesor, ya puedes incorporarla a tu receta.