Con la tapa abierta o cerrada: cómo se hace el café en la cafetera italiana
Aunque la función principal de la tapa es evitar salpicaduras del café, tenerla abierta nos va a ayudar a controlar todo el proceso
En NIUS te explicamos todos aquellos aspectos importantes que debes tener en cuenta para obtener el mejor resultado
Cómo limpiar una cafetera italiana
El café, a día de hoy, es un imprescindible para muchos. De hecho, hay quienes necesitan su taza de café a primera hora de la mañana para poder empezar el día, siendo este el conocido como ‘efecto despertador’.
Recientes estudios han demostrado que las personas que consumen unos cuatro cafés al día presentan una reducción del riesgo de enfermedad y una mayor longevidad, así como también consigue disminuir el riesgo de ictus, la insuficiencia cardiaca y de sufrir diabetes tipo 2, entre otros beneficios.
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No obstante, otro informe recoge que la manera de prepararlo también puede aumentar el colesterol. Actualmente, a pesar del auge de las cafeteras de cápsula, todavía son muchos los que prefieren hacerse su café con calma y disfrutar del proceso. Una posibilidad que sí permite la cafetera italiana, también conocida como cafetera moka. Un utensilio icónico que aunque está presente en la mayoría de los hogares, todavía hay quienes cometen errores y no la emplean correctamente.
Cafetera italiana: aspectos a tener en cuenta
Para preparar un café con este tipo de cafetera es importante seguir todos los pasos y sobre todo estar muy pendiente durante todo el proceso.
Aunque la elección del café va a ser esencial para que el resultado final sea el deseado, hay otros aspectos de gran importancia que también se tienen que tener presente, como por ejemplo la temperatura a la que se prepara, la cual debe ir modificándose en función de lo requerido o también la colocación de la tapa. Y ahí está la gran duda.
¿Tapa abierta o cerrada?
Una vez llenado el depósito de agua hasta la marca y el filtro del café hasta el borde y sin apelmazar, se debe poner la cafetera en el fuego pequeño a una temperatura media-baja, dejando la tapa abierta. En caso de no hacerlo, puede que el café no sea tan sabroso y tenga un gusto extraño.
Aunque la función principal de la tapa es evitar salpicaduras del café caliente, es recomendable que el café no llegue a hervir para evitar el sabor a quemado, lo que hará que sepa amargo. "Para conseguirlo, hay que reducir a fuego medio una vez que el café empieza a subir y conviene mantener la tapa abierta para ver cuando llega ese momento durante el proceso", explican desde la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU).
Así entonces, cuando empiece a subir el café, se debe bajar el fuego y cerrar la tapa. Finalmente, al notar que sale vapor, apaga el fuego y espera unos segundos para que termine de salir todo el café.
"Una vez que tengas elaborado el café y hayas apagado el fuego, hay que removerlo con suavidad para homogeneizar la infusión, pues el primer café que se produce suele ser más concentrado que la parte final", aconsejan los expertos de la OCU.