Conservar la comida en el congelador puede salvarnos de muchos apuros, pero se deben cuidar las técnicas de congelación de cada producto. Y es que la congelación en sí, no es capaz de destruir los microorganismos, sino que paraliza su descomposición.
Ahora bien, al momento de sacar el producto del frigorífico para cocinar, es fundamental seguir pautas de seguridad alimentaria para evitar situaciones peligrosas y saber cómo descongelar alimentos durante la temporada estival.
Las altas temperaturas favorecen el desarrollo de los microorganismos, por lo que, en verano, hay más riesgo de intoxicación alimentaria a la hora de conservar los alimentos.
Como la congelación no destruye los microorganismos, al descongelar un alimento a temperatura ambiente, la descomposición se acelera. Es decir, “lo que se produce es la reactivación o la germinación de esporas presentes en el alimento y se reviven los microorganismos que estaban latentes en el producto”, explican los expertos.
El riesgo aumenta si se descongela fuera del frigorífico y no se cocina correctamente. A esto hay que añadirle, el peligro de descongelar un alimento a temperatura ambiente que esté mal envasado, ya que puede ser contaminado por insectos.
Asimismo, con las altas temperaturas propias del verano, las bacterias tienen un entorno propicio para multiplicarse mucho más rápido, lo que puede provocar intoxicaciones alimentarias y enfermedades gastrointestinales.